En julio del 2002, el incendio de la discoteca Utopía marcó un antes y un después en los hechos catastróficos más recordados de la capital de Lima. La discoteca, que se ubicaba en el Centro Comercial Jockey Plaza de Surco, quedó reducido, en ese entonces, a escombros.
Sin embargo, dicho espacio ha sido utilizado para colocar otro tipo de establecimiento. Conoce a continuación cómo luce la discoteca Utopía.
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La tragedia en la discoteca Utopía dejó 29 jóvenes fallecidos a causa de un incendio provocado por una acción de malabarismo en la barra que dispensaba bebidas alcohólicas.
El lugar estaba en el primer piso del Centro Comercial Jockey Plaza de Surco. Actualmente, dicho espacio es un sitio recreacional para niños y niñas: Divercity. Así, lo dio a conocer al usuario @patrickve21 de la plataforma TikTok, quien sorprendió a todos aquellos que recuerdan esta lamentable tragedia.
Divercity es un parque temático que simula una ciudad en miniatura. Ahí, los niños y niñas desempeñan roles de adulto. Fue tan popular que logró expandirse por Perú, Guatemala y Panamá.
El centro de diversiones nació en el 2006 en el Centro Comercial Santafé, al norte de Bogotá, posteriormente, llevó su idea a ciudades como Barranquilla y Medellín.
El parque de juegos Divercity está en el Jockey Plaza. Foto: composición LR/Perú-Retails/Trapvisor
Luego de la tragedia el resultado de las investigaciones avanzaron con algunas sentencias a los responsables. En primer lugar, Roberto Ferreyros fue sentenciado en el 2004, y condenado a cuatro años de prisión. Después de 15 meses, el barman de Utopía fue liberado tras acogerse a beneficios penitenciarios a mediados de 2005.
De igual forma, el administrador Percy North fue sentenciado por el delito de homicidio culposo a cuatro años, pero los deudos apelaron y, en 2006, la resolución cambió a homicidio doloso; esta vez, fue sentenciado a 15 años de cárcel. La defensa del administrador apeló y la decisión fue cambiada. Después de algunos meses salió libre.
En 2011, la Corte Suprema anuló la resolución y North, que se encontraba en la clandestinidad, se entregó a la justicia para cumplir la pena de 15 años de cárcel. La pena fue reducida a 10 años y en 2015 accedió a beneficios penitenciarios y dejó el penal Castro Castro después de siete años.
Evadiendo la justicia Edgar Paz Ravines y Alan Azizollahoff Gate salieron del Perú en 2004. Incluso, en 2007, consiguieron que se admitiera un hábeas corpus para liberarse del proceso penal.
En este caso, gracias a los deudos, en 2013 la Sala de Derecho Constitucional y Social Permanente de la Corte Suprema de Justicia reabrió el caso y los incluyó en el proceso penal. Fueron condenados a cuatro años de cárcel por el delito de homicidio culposo en la modalidad de omisión impropia.