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Pozole: el platillo mexicano que en sus orígenes era preparado con carne humana

Infaltable en las mesas mexicanas cuando se celebra la independencia, el pozole formaba parte de un sacrificio en la época prehispánica. Conoce su historia AQUÍ.

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El pozole es uno de los platillos típicos de México. Composición: Jazmin Ceras-GLR / Wikipedia

El último viernes 16 de setiembre se celebró un año más de la Independencia de México. Como ya es costumbre, las familias mexicanas celebraron comiendo los platillos típicos del país. Uno de los que no puede faltar en estos festejos es el pozole.

El pozole está hecho a base de maíz cacahuacintle, carne, lechuga, rábano, cebolla, chile y orégano, además de otros ingredientes de acuerdo a la región en la que se prepara. Sin embargo, pocos conocen el origen sangriento que tiene este platillo.

Era parte de sacrificios humanos

El pozole formaba parte de rituales que servían como ofrenda a los dioses en la época prehispánica. Diversos historiadores refieren que era en honor a Xipe Tópec, dios de la fertilidad y la regeneración del maíz y de la guerra.

Ilustración de la preparación del pozole en la época prehispánica. Foto: Wikipedia

En una entrevista a BBC Mundo, Yolanda García González -doctora en Historia- explicó que estaba hecho básicamente de maíz, agua y un pedazo de pierna o muslo humano. A dicho guiso se le llamaba tlacatlaolli que traducido del náhuatl significa maíz de hombre.

En el ritual se celebraba el sacrificio de la persona que sería utilizada para la preparación del pozole. La historiadora Laura Ibarra explica: “Los sacerdotes le abrían el pecho y ofrecían el corazón a su dios”.

Además, añadió que no se trataba un acto cruel, sino que lo hacían por convicción. “Estaban convencidos de que la sangre y el corazón humano eran necesarios para la sobrevivencia humana, la fertilidad de la tierra y el crecimiento de las plantas”, explicó.

¿Cómo se conseguían a los sacrificados?

La carne humana usada en estos rituales de sacrificio era aportada voluntariamente. Los guerreros capturados por los aztecas se ofrecían para mostrar su orgullo. “Preferían hace eso antes que ser capturados en batalla”, indicó García González.