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México: ¿cómo llegar a la cueva de los cristales de Naica, los más grandes del mundo?

Naica, una localidad en México, alberga una cueva muy similar a ambientes de ciencia ficción, con cristales de hasta 11 metros de largo. El acceso ha sido comparado con un deporte de alto riesgo.

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La Cueva de los cristales es uno de los secretos mejor guardados de México. Foto: National Geographic

Una de las maravillas más sorprendentes y menos conocidas de México está en Naica, una pequeña localidad del estado de Chihuahua. Se trata de la Cueva de los cristales, un espacio subterráneo que parece sacado de la ciencia ficción, con resplandecientes columnas de yeso que son tan largas como un bus escolar y están dispuestas en caprichosas formas.

De hecho, se trata de los cristales más grandes del mundo, según el Libro de Récords Guinness, debido a que pueden alcanzar hasta 11 metros de longitud. Este espacio natural se formó a lo largo de cientos de miles de años y fue descubierto recién en el año 2000. Llegar hasta él, sin embargo, trae una serie de retos, y aquí te contamos qué necesitas para contemplarlo en persona.

¿Dónde se encuentra la cueva de los cristales?

La Cueva de los cristales de México se ubica en Naica, un pequeño poblado situado dentro del municipio de Saucillo, en el estado de Chihuahua. Este pueblo nació alrededor del año 1828, cuando Santiago Stopelli descubrió en el lugar una riqueza minera que fue atrayendo a muchas personas con el paso de los años.

Es cerca de la mina de Naica que se encuentra la cueva de cristales. El yacimiento se ubica sobre una falla, encima de una cámara magmática, que calentó por millones de años el agua situada 5 kilómetros debajo de la cueva. Esta agua subterránea se saturó en sulfuro y formó las enormes moles de yeso a lo largo de milenios, según explica la cadena National Geographic.

Los cristales de la cueva se formaron por acción de las aguas subterráneas durante miles de años. Foto: AFP

El descubrimiento de este tesoro natural fue completamente accidental. En el año 2000, Eloy y Javier Delgado caminaban por los alrededores de la zona minera de Nauca cuando hallaron una abertura en la tierra. Al ingresar, se toparon con las colosales y resplandecientes columnas de cristal.

Esta variedad de cristal es conocida como selenita o “piedra de luna”, debido a la semejanza de su aspecto con el del satélite terrestre. De acuerdo con especialistas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, las columnas más jóvenes tenían una antigüedad de unos 250.000 años, mientras que las más antiguas datarían del periodo Cretácico, cuando vivían los dinosaurios.

¿Cómo llegar a la cueva de los cristales?

Para llegar a Naica, puedes tomar un avión desde la Ciudad de México hasta Chihuahua, con un costo de entre 40 a 150 dólares (entre 800 y 3.000 pesos). Luego, puedes tomar un bus hasta la localidad de Delicias (entre 5 a 17 dólares) y de allí un taxi hasta Naica (entre 12 y 15 dólares), según indica el portal especializado en viajes Rome2Rio.

Alternativamente, puedes tomar un autobús desde la CDMX hasta Delicias por un costo de 99 dólares (1.980 pesos) y luego tomar el taxi hasta Naica. El viaje por esta vía toma algo más de 18 horas.

Trayecto de Ciudad de México a Naica. Foto: Rome2Rio

El acceso a la cueva es lo más complejo: aunque el ingreso es gratuito, solo podrás hacerlo en compañía de un especialista. Además, debes rentar equipo especializado, porque esta caverna alcanza temperaturas de hasta 58 °C y una humedad del 99%, todo lo cual puede dificultar la respiración. Por ello, el Gobierno de Chihuahua lo compara con un deporte de alto riesgo.

Estas son las condiciones para entrar a la cueva de los cristales, de acuerdo con National Geographic:

  • Solo se permite el ingreso en grupos de dos.
  • Solo se permite el ingreso a las personas dentro de un rango de edad específico.
  • No pueden ingresar las personas embarazadas, con hipertensión o diabetes.
  • Se recomienda estar solo 10 minutos para evitar la deshidratación.
  • Se necesita equipo especializado de protección, como cascos, para evitar sufrir accidentes.
  • Quienes deseen hacer investigación científica deben solicitar un permiso especial para pasar más allá del mirador de la caverna.

Toda persona que ingrese a la Cueva de los cristales necesita la protección necesaria contra accidentes. Foto: Revista selecciones