¿Quién no ha degustado de alguna de las galletas San Jorge? La empresa peruana se ha ido posicionando entre las preferencias de los compatriotas con su gran variedad de productos. Aguarda la historia de una familia que decidió emprender desde cero.
Actualmente, San Jorge cuenta con otras empresas hermanas que continúan la producción combinando tradición e innovación. Sin embargo, ¿cómo nació esta gran corporación? Conoce su historia a continuación.
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La empresa San Jorge inicia sus operaciones a mediados de 1940 en una pequeña y sencilla panadería. Gracias a la calidad de los productos, junto a la calidez, seriedad y fuerza de sus dueños, Don Amador Salomón y Doña Emilia Zavat hicieron de la Panadería San Jorge una de las preferidas de su localidad.
Durante sus primeros años, San Jorge elaboraba artesanalmente sus primeras galletas con sabor a vainilla, naranja, jengibre y limón, y obtuvo una gran calidad con un sabor diferente y a un precio accesible. De igual manera, en esta época nace el panetón San Jorge, con finas pasas, frutas confitadas y gran sabor.
En el año de 1968, se lanza la tradicional galleta de animalitos San Jorge. Este es el producto bandera de la empresa junto a las galletas de Soda San Jorge, que por su divertida presentación y sabor ha estado en boca de múltiples generaciones.
Al pasar los años, la popularidad de los productos San Jorge trascendió las fronteras de la capital para convertirse en uno de los más conocidos a nivel nacional. Para poder darle una mayor cobertura a la demanda de sus productos, se incrementó la capacidad de producción; para ello adquirieron maquinarias modernas y desarrollaron sus propios procesos.
San Jorge tiene como baluarte a sus productos Soda San Jorge y Animalitos. Foto: composición LR/San Jorge/El Diario
La historia de GN comenzó en 1973, cuando inició su producción en Trujillo con el fin de cubrir la demanda de la empresa San Jorge en el norte del país.
El bajo precio de las Galletas del Norte (GN) consiguió su rápida acogida en esta zona del Perú, pues inicialmente el producto se vendió a 0,30 céntimos y luego subió a 0,40.
Sus productos más populares son Rellenitas GN, galletas con crema; y las novedosas Doble Deleite, galletas rellenas con cremas de dos sabores. Mini rellenitas, Vainilla, Soda GN y el delicioso Panetón GN son otros ofrecimientos de gran aceptación tanto en el Perú como en los diversos mercados internacionales donde son exportados.
GN abastece al mercado del norte. Sus principales productos son sus galletas Rellenitas, Doble Deleite y su panetón. Foto: composición LR/GN/Universal Productos
Los productos se han posicionado bien en el mercado por su agradable sabor y bajo precio. Los segmentos que más los consumen son el sector C y D, que vienen mostrando un crecimiento y constituyen, en conjunto, el mayor porcentaje de la población limeña.
Asimismo, han incursionado con éxito en el mercado con la deliciosa mermelada de fresa San Jorge; y en los fideos, con una gran variedad de presentaciones de gran calidad y económico precio. Actualmente, se suma a San Jorge y GN su propio molino denominado Molicentro que provee de harina a las marcas citadas.
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La producción principal está en Trujillo, que atiende al norte y parte de Lima; la otra se ubica en nuestra capital: abastece a la mitad de la población y al sur del país. En 2003, Galletera del Norte se consolidó en el mercado local y empezó a exportar a otros países como Ecuador, Colombia, Venezuela, Chile, Bolivia, Panamá, Italia y Haití.
Un estudio realizado por IPSA Group determinó que la marca con la más alta distribución fue Field (83,9%), seguida por San Jorge (74,4%) y Royal de Alicorp (62%).
A nuestros días, no hay duda que se han convertido en uno de los grupos empresariales de mayor éxito de ventas en el sector. El reconocimiento de la marca y de sus productos le permite contar hoy con una importante participación en el mercado peruano y latinoamericano.
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En 2018 en el sexto foro del CEO Leadership Forums, el CEO de San Jorge, Fernando Mariátegui fue preguntado sobre cómo incidiría una crisis política en su negocio y él dio una contundente respuesta.
“El empresario no es el que llora, sino el que vende pañuelos”, dijo Mariátegui. En ese sentido, explicó que las crisis políticas que se originan en el país son previsibles y que no hay razón para alarmarse.
“La crisis política ya se espera. Los políticos van a hacer ‘politicadas’ y dejémoslos que las hagan”, añadió.
La vida del gerente general de la reconocida panadería San Jorge, Fernando Mariátegui Cáceres, sufrió una extorsión a fines de 2018. A raíz de esta situación, tuvo que alejarse de su familia, cambiar su número de celular y vivir prácticamente en la clandestinidad. Ante las amenazas, las autoridades realizaron las respectivas investigaciones.
“Lo que me produce esta situación es indignación. No es justo vivir en la inseguridad. No voy a callarme, voy a defenderme (...) No voy a formar parte de la lista de las personas que callan y mueren en manos de la delincuencia”, indicó en ese entonces Mariátegui.
Según contó, una camioneta intentó cerrarle el pase al vehículo en el que viajaba su hijo y 15 minutos después recibió un mensaje en el que indicaba: “Si no pagas, tu hijo va a sufrir”. “¿Miedo? Yo no siento miedo. Lo que me produce esta situación es indignación. No es justo vivir en la inseguridad. No voy a callarme, voy a defenderme”, señaló el gerente de la panadería San Jorge.
La denuncia por extorsión fue asentada en la comisaría de La Molina y tras la investigación policial al entorno familiar y amical, no se dio con la identificación de los delincuentes.
Aunque la marca es conocida por muchos principalmente por sus galletas, San Jorge ofrece también sus propios wafers originales. Además de los tradicionales vainilla, chocolate y fresa, cuentan con uno llamado “Chocogol”.
El wafer "Chocogol" de San Jorge. Foto: San Jorge
San Jorge tiene entre sus productos destacados las originales galletas Animalitos, las cuales llevan atractivas formas y un buen sabor a vainilla. Las presentaciones son las siguientes:
Un paquete de 500g de galleta de soda San Jorge contiene 170Kcal por porción, según el sitio web de Plaza Vea.
A pesar de que se cree que las galletas soda son una opción light, lo cierto es que estas también tienen cantidad de calorías y grasas en cada paquete, aunque en menor proporción que las galletas normales. Sin embargo, las galletas soda no proporcionan vitaminas ni minerales como para considerarlas 100% nutritivas.
Las Charadas de maní, relanzadas en el 2013, se mantuvieron por cinco años, pero dejaron de circular por sus bajas ventas. En el caso de la Coronita de Fresa, su desaparición del mercado fue relacionada con el cambio de marca: de Nabisco a Field.
Las galletas Glacitas de la marca Victoria lograron ser producidas en diferentes sabores. Esta estrategia no resultó como creían y la presentación en mora y doble chocolate dejaron de circular. Las recordadas Doble Tentación, por su capa delgada de chocolate, también pasaron por algo similar y fueron descontinuadas dos años después de su lanzamiento.
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Las Choco donuts blancas, en paquete individual, no lograron establecerse en el país. Si bien no se conoce la razón exacta de su retiro de las tiendas, hay quienes aseguran que pudo ser una decisión directa de Costa. Otro producto descontinuado es la Frac de maní, la cual tuvo muy poca publicidad con los años.
Las tan consumidas Ritz también tuvieron su momento de declive con la presentación de ajo y mantequilla. El producto, que pretendía ser novedoso durante el 2018, no duró tanto tiempo en el mercado y sus ventas terminaron antes de iniciada la pandemia. En el caso de la Oreo Limón, su producción solo se extendió de 2017 a 2018, por lo cual se relaciona con un fracaso.
¿Quién no ha consumido las populares Margaritas? Este producto tuvo una variación en el 2015 bajo el nombre de Margarita bañadas. Este no llegó a convencer al consumidor, ya que solo tenía cuatro galletas por empaque en vez de las ocho. La delgada capa de chocolate que llevaba tampoco fue del agrado de muchos, razón por el que desapareció.
En el marco de la celebración de Festival de Cine de Lima, Geraldine Chaplin llegó a Perú para ser presidenta del jurado del evento en el que se presentaron películas nacionales e internacionales. Previo a su participación, la protagonista de “Madre Teresa: en el nombre de los pobres de Dios” ofreció una conferencia de prensa y recordó la vida de su padre.
Además, la artista recibió diferentes obsequios —como un chullo peruano y un pisco que no dudó en probar—, pero la iniciativa de la revista Vértigo, que era publicada por el departamento de prensa del festival, sorprendió a la hija de Charles Chaplin, quien contó haber escuchado hablar de las galletas que llevan el apellido de su papá, aunque no estaba segura si existían.
“Me he dado con la sorpresa de que ustedes se alimentan con las galletas Chaplín que, desde ahora, serán parte de mi dieta. No comeré otra cosa”, expresó para el diario Perú 21.
La empresa familiar empezó a operar en Trujillo desde 1966, pero decidió trasladarse a Lima y se posicionó en San Juan de Lurigancho en 1969. En ese entonces existían tres empresas que producían galletas Chaplín y en 1983 fueron citados por un japonés que buscaba venderles su marca.
Finalmente, decidieron comprarla gracias a un préstamo, ya que su costo era demasiado elevado. Desde aquel año, los emprendedores optaron por seguir con la elaboración de los productos con los que han logrado conquistar el paladar de los peruanos.
En la actualidad, estos dulces se venden en diferentes tiendas o calles gracias a la colaboración de emprendedores y vendedores ambulantes. También, cuentan con una página web para ofrecer información a sus clientes.
Aunque nunca contaron con grandes trabajos publicitarios, igual quedaron en el corazón de los peruanos que aún consumen a diario las galletas. Por otro lado, las imágenes se divulgaron en una cuenta identificada como Patriotas Perú en TikTok.
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En 1966, la familia Soriano comenzó a vender unas galletas hechas a base de harina de trigo, que se elaboraba en una máquina a vapor que funcionaba con carbón. Pasaron solo unos tres años para que ellos expandieran su negocio dejando atrás su natal Trujillo.
Fue entonces que abrieron una fábrica en el distrito más poblado de la capital, nos referimos a San Juan de Lurigancho. En dicho lugar, cambiaron un poco las cosas y decidieron usar gas para elaborar sus productos.