El primer día de 1972 dejó de existir una de las personas más acaudaladas del Perú hasta ese entonces: Luis Banchero Rossi, un empresario pesquero y uno de los más grandes inversionistas que tuvo nuestro territorio. Con un misterioso caso, el banquero fue asesinado en su casa de campo en Chaclacayo. Sin embargo, después de casi cinco décadas, el crimen sigue dejando más dudas que certezas.
Luis Banchero Rossi fue un exitoso hombre de negocios que, a su corta edad, era catalogado por los medios de aquel entonces como el futuro presidente del Perú. De hecho, hasta 1970, los ingresos brutos de sus industrias bordeaban los US$ 60 millones.
Las investigaciones señalan que el empresario fue asesinado cuando iba desde su habitación del Hotel Crillón, en el Centro de Lima, hasta una casa de campo en el límite de Chosica, tras recibir el Año Nuevo. Se dice que iba a encontrarse con su secretaria y presunta amante, María Eugenia Sessarego.
En la escena del crimen, se halló el cuerpo del inversionista —que yacía en el suelo— acuchillado por la espalda y con el rostro masacrado a golpes. El autor fue el hijo del jardinero de la casa, Juan Vilca Carranza, quien confesó el homicidio sin medias tintas.
No obstante, esta versión generaba suspicacias, debido al siguiente detalle: la estatura. Y es que el trabajador medía 1,50 m y Banchero bordeaba el 1,90 m. Por lo que la duda se basaba en cómo pudo golpearlo sin que el empresario se defendiese. La Policía no se detuvo e igual lo arrestó junto a su padre, Juan Vilca Huarote, de 45 años.
Banchero Rossi fue muy reconocido y su funeral estuvo repleto. Foto: Infobae.
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Las hipótesis del móvil del homicidio fueron varias. Desde los militares hasta una presunta participación de Sessarego. Sin embargo, en 2010, el historiador Nelson Manrique publicó en La República dos artículos titulados: “¿Quién mató a Luis Banchero Rossi?”, que llevaban el vínculo del asesinato con la huida de un criminal de guerra nazi. Su nombre era Klaus Barbie.
En aquel texto, Manrique señaló que Barbie era oficial de la Gestapo y escapaba de la justicia francesa hacia Bolivia. Pero tenía que pasar por el Perú, estableciéndose en Chaclacayo de manera temporal y, para no generar sospechas, se cambió el nombre a Klaus Altmann.
“A fines del año 1971, el empresario alemán Herbert John identificó al SS-Obersturmführer Klaus Barbie, que se escondía en Lima bajo el nombre falso de Klaus Altmann. El cazador de nazis Serge Klarsfeld afirma que la carta que le entregó este dato precioso estaba firmada por Herbert John y Luis Banchero Rossi”, escribió en su artículo el historiador, lo que podría ser un indicio para que Barbie busque matar al inversionista pesquero.
Vilca Carranza fue llevado a juicio y siempre dijo ser el autor del crimen. Sessarego, al ser la amante de Banchero Rossi, también fue llevada a los tribunales. Tras 12 meses de este proceso judicial sin aclarar el hecho, su secretaria fue condenada a 12 años de cárcel por tener participación en el asesinato, pero fue indultada en 1977; mientras que Vilca fue condonado en 1978. Ambos desaparecieron del ojo público. Aun así, nunca se esclareció la autoría del homicidio.
El imperio de Banchero también se esfumó con su muerte. El gobierno de Velasco estatizó sus empresas en 1973. Además este episodio sirvió de inspiración tanto en la literatura como en el cine peruanos.
El periodista y escritor Guillermo Thorndike escribió “El caso Banchero”, publicado en 1973; mientras que el cineasta Francisco Lombardi dirigió la película “Muerte de un magnate” en 1980.
Foto: Planeta