Estados Unidos: ¿por qué las propinas son obligatorias en esta parte del mundo?
Algunos estados como California, Oregón y Nevada han impulsado leyes para elevar el salario mínimo de los camareros con el fin de que no dependan de las propinas.
Las propinas son parte de un proceso imperativo —y casi un deber moral— en algunos países. Estados Unidos es uno de ellos. Las mismas se entienden como un gesto de agradecimiento por el servicio y como una forma de asegurar un trato preferente para un futuro.
La también popular cultura del tipping se consolidó en 1966, cuando el Congreso aprobó el Tip Credit, una disposición que permitía a las empresas del sector servicios pagar a algunos empleados por debajo del salario mínimo, ya que el resto de sus ingresos se verían compensados a través de las propinas recibidas.
¿Cómo surge la cultura de las propinas?
Se trataba de una tradición inglesa del siglo XVI. Los huéspedes dejaban dinero para los empleados de sus anfitriones y compensaban así el trabajo adicional que les generaban. Un libro anónimo inglés de 1795, recogido por la BBC, explica esta dinámica: “Si un hombre con su caballo se aloja en una posada, además de pagar la factura debe dar al menos un chelín al camarero y seis peniques a la mucama, al mozo de cuadra y al limpiabotas, lo que suma media corona”.
Cuando el siglo XIX llegaba a su fin, los estadunidenses adoptaron la costumbre europea. Fue la vocación elitista de aquellos americanos, imitadores de las prácticas de la aristocracia europea, la que impulsó a dar propinas en su país. Era un recordatorio sobre una educación refinada.
El papel de la esclavitud en la cultura de las propinas
El fin de la esclavitud también jugó un papel fundamental en la consolidación de esta práctica. Los restaurantes querían seguir teniendo mano de obra afroamericana gratuita —que representaba casi la mitad de la industria hostelera—, así que adaptaron las propinas para convertirlas en el salario de los empleados.
“Les dijeron a los negros: te vamos a contratar, no te vamos a pagar, pero puedes recibir propinas”, explica Saru Jayaraman, activista pro derechos laborales, en declaraciones para la BBC.
En 1904, sin embargo, surge la primera sociedad contra las propinas, que llegó a sumar más de 100.000 personas que se negaban a pagarlas. Uno de los principales detractores fue el propio presidente, William H. Taft, y hasta en seis Estados llegaron a prohibir por ley el popular tipping. Pero ya para la década de los 20 derogaron todas estas restricciones.