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Semana Santa: ¿cómo se ve hoy el sitio donde fue crucificado Jesús, según la tradición?

Descubre el arte y reliquias sagradas de la Iglesia del Santo Sepulcro, lugar que la tradición católica asigna como la ubicación original del Calvario.

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La iglesia del Santo Sepulcro es lugar de peregrinación desde hace varios siglos. Foto: AFP

En la Semana Santa, gran cantidad de personas en el mundo recuerdan la crucifixión y muerte de Jesús de Nazaret. Esta se produjo en un lugar conocido como Calvario, situado en las afueras de la antigua Jerusalén, según explica la Biblia. Hoy, el lugar tradicionalmente identificado como este montículo es ocupado por la monumental Basílica del Santo Sepulcro.

Este espacio ha sido lugar de peregrinación por varios siglos y ha unido a cristianos de diferentes denominaciones. A continuación, te mostramos algunos de los ambientes más espectaculares y significativos para los creyentes del sitio donde la tradición afirma que Cristo murió, fue enterrado y resucitó al tercer día.

La Basílica del Santo Sepulcro es centro de fe para millones de cristianos. Foto: AFP

¿Dónde fue crucificado Jesús?

El Nuevo Testamento de la Biblia nos relata que Jesús de Nazaret fue crucificado en un montículo ubicado fuera de los antiguos límites de Jerusalén, conocido como Calvario (del latín calvarium, ‘osario, lugar de calaveras’), y en arameo como Gólgota (‘calavera’ o ‘cabeza’).

La ubicación que ha sido reconocida tradicionalmente como el lugar donde se encontraban el Calvario y la tumba de Jesús es donde se levanta actualmente la Iglesia del Santo Sepulcro, construida en el siglo IV de nuestra era. Actualmente, esta se encuentra dentro de los límites de Jerusalén, debido al crecimiento de la ciudad.

Ubicación de la Iglesia del Santo Sepulcro en la zona histórica de Jerusalén. Foto: AFP

En su tesis doctoral de 2008, Nazénie Garibian de Vartavan concluye que “… el Gólgota se encontraba en la pared vertical del altar de la basílica de Constantino y lejos de la tradicional roca del monte”. Para la autora, la ubicación tuvo un margen de error de 2 metros y está debajo del pasaje donde la tradición dice que se encontró la ropa ensangrentada de Jesús.

Se cree que los seguidores de Jesús acudían a este lugar para veneración, pero esto se habría detenido cuando el emperador Adriano ordenó levantar un templo dedicado a Júpiter y Venus en dicho lugar en el siglo II.

Excavaciones arqueológicas realizadas en la década de 1970 revelaron grabados sobre los muros de aquel recinto, que incluían la silueta de un barco (un símbolo del cristianismo temprano) y la inscripción ‘Domine Ivimvs’ (Señor, vinimos).

Grabado encontrado en las antiguas paredes del templo levantado por Adriano. Foto: Madain Project

¿Quién ordenó construir la iglesia del Santo Sepulcro?

En el año 326, el emperador Constantino, quien legalizó el cristianismo en el Imperio Romano, ordenó construir una iglesia en el lugar donde se encontraba el santuario pagano, para que los fieles pudiesen venerar el lugar de la crucifixión y sepultura de Cristo. Este nuevo templo fue consagrado el 13 de septiembre del 335.

La iglesia pasó por varias modificaciones, como la reconstrucción ordenada por el emperador bizantino Heraclio tras un incendio en 614 por una invasión sasánida. Tiempo después, en el año 1009, el califa Al-Hakim bi-Amr Allah ordenó su destrucción, y fue en 1048 que el patriarca Nicéforo de Constantinopla realizó las gestiones para reconstruirla una vez más.

Con el tiempo, la iglesia sufrió varias modificaciones y restauraciones a medida que pasaban los distintos gobiernos sobre la llamada Tierra Santa. Desde el siglo XIV, el gobierno Otomano ordenó el Status Quo, es decir, dividió el usufructo y responsabilidades del templo entre seis grupos de cristianos: armenios, coptos, etíopes, griegos, sirios y católicos.

Seis denominaciones cristianas se reparten el cuidado de la iglesia. Foto: AFP

Dicho reparto, que incluye los espacios del templo y los horarios de culto, permanece hasta el día de hoy. No obstante, son dos familias musulmanas quienes custodian las llaves del recinto.

En 2016, un equipo de profesionales de la Universidad Técnica Nacional de Atenas y la National Geographic Society emprendió la inspección y restauración del Edículo y la Rotonda. La losa que cubría el sepulcro fue levantada por primera vez desde 1555, y en el lugar se encontró intacto el lecho rocoso de la cámara funeraria.

¿Qué hay dentro del Santo Sepulcro?

El templo del Santo Sepulcro está repleto de numerosas obras de arte, así como lugares y objetos considerados sagrados por la cristiandad. Mosaicos, piedras preciosas y capillas llenas de obsequios complementan un ambiente donde se aprecian varias imágenes de figuras bíblicas y de la pasión de Cristo.

Mosaicos en la cúpula del Catholicon, capilla griega ubicada dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro. Foto: AFP

Lugar de la Basílica conocido como la Prisión de Cristo. Foto: AFP

Frente a la entrada de la iglesia se ubica la llamada Piedra de la Unción, donde se estima que el cuerpo de Jesús fue ungido tras su muerte. Cientos de fieles se arrodillan ante esta reliquia y la besan.

La Piedra de la Unción es uno de los lugares más venerados de la Basílica. Foto: AFP

Otro ambiente importante es la Capilla del Calvario, donde se supone estuvo el montículo del mismo nombre. La roca donde habría estado clavada la cruz de Jesucristo se ubica allí, cubierta por un cristal, aunque se permite que los fieles la toquen a través de un agujero en el suelo.

Capilla del Calvario, en la Iglesia del Santo Sepulcro. La roca donde habría estado la cruz es protegida por un cristal. Foto: AFP

Detalle de la Roca del Calvario, donde se cree estuvo la cruz de Jesús. Foto: Barefoot adventures

El lugar principal del complejo es la Rotonda, una nave circular cubierta por una cúpula, en cuyo centro se encuentra el Edículo, una especie de mausoleo construido para proteger la tumba donde la tradición afirma que Jesús fue enterrado. En este espacio solo caben entre 4 a 5 personas, y las colas para ingresar a él suelen ser inmensas.

La Rotonda del Santo Sepulcro, con el Edículo en su parte central. Foto: AFP

Interior del Edículo, donde se encuentra la tumba donde, según la tradición, fue sepultado Jesús. Foto: AFP

¿Qué sucedió con la cruz de Jesús?

En los dos siglos posteriores a la muerte de Jesús no hay menciones sobre el destino de su cruz. Las primeras referencias a un posible hallazgo de dicho instrumento se encuentran recién en el libro “La historia de la Iglesia”, que habría sido escrito en el siglo IV por el obispo e historiador Gelasio de Cesarea.

Según algunas versiones, Helena, madre del emperador Constantino, encontró tres cruces en el monte Gólgota, donde los Evangelios ubican la muerte de Jesús; con el fin de saber cuál era la verdadera, colocó a una mujer enferma sobre cada una de ellas, y la auténtica fue la que curó a dicha persona.

Según un relato, la verdadera cruz fue identificada al curar a una mujer enferma. Foto: Basilica di Santa Croce, Florencia

La tradición afirma que una parte de la cruz fue llevada a Roma por Helena, mientras que la otra permaneció en Jerusalén. Con la expansión del cristianismo en Europa durante la Edad Media, diversos fragmentos pequeños de la cruz (lignum crucis) empezaron a ser llevados a varias iglesias.