El oso hormiguero es considerado como un animal emblemático en distintos países de Sudamérica debido a su curioso aspecto. Incluso si lo ves a lo lejos en zonas oscuras, no sabrás en qué lugar está su cabeza o cola. Además, es conocido por ser cuidadoso y ordenado al comer su alimento favorito: las hormigas.
Los osos hormigueros tienen su hábitat en las selvas tropicales y pastizales de América del Sur y Central y se caracterizan por ser animales solitarios. Las hembras tienen cada año solo una cría (que a veces puede verse montada sobre el lomo de su madre). Esta situación, sumada a la caza indiscriminada, ha hecho que la especie se encuentre en peligro de extinción.
El oso hormiguero no cuenta con dientes para masticar sus alimentos. A cambio, posee una larga lengua que es eficaz para atrapar las 35.000 hormigas y termitas con las que se alimenta cada día. Estos insectos son triturados con un sistema maxilar situado en la parte trasera de la boca, donde las digiere. El tamandua es considerado como un animal mirmecófago, ya que su dieta consiste únicamente en termitas y hormigas.
Oso hormiguero alimetándose de hormigas. Foto: Amapacoan Gaia
El oso hormiguero hace uso sostenible de su alimento. Cuando se acerca al hogar de las hormigas, las extrae con cuidado del hormiguero, sin destruirlo. Lo mismo ocurre con los termiteros, ya que esta conducta le garantiza que la próxima vez que tenga hambre aún haya alimento suficiente para satisfacerlo. Además, ayuda a preservar parte del hábitat y la reproducción de estos insectos.
Existen cuatro especies de osos hormigueros, variabilidad que hace que varíen de tamaño. Los hay tan pequeños, como ocurre con los hormigueros pigmeos (menos de 20 cm) y tan grandes como el oso hormiguero gigante, que puede alcanzar los dos metros de largo.
El oso hormiguero pigmeo. Foto: EFEverde
Los osos hormigueros cuentan con una esperanza de vida de 15 años en libertad y 25 años si son mantenidos en cautiverio. Lamentablemente, está en peligro de extinción debido a estas causas: