En Colombia, durante la Semana Santa, se experimenta un incremento significativo en el consumo de pescado, impulsado por prácticas culturales y religiosas ligadas a este tiempo y a la recordación de la pasión de Cristo. A pesar de que este aumento es particularmente notable en este periodo, cabe destacar la importancia de consumir pescado regularmente debido a sus amplios beneficios para la salud. La Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión resalta que, tanto los pescados de tipo blanco como los azules, son ricos en proteínas, ácidos grasos omega-3, además de vitaminas y minerales, elementos esenciales para el mantenimiento de una buena salud.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado que el cuerpo humano no es capaz de producir omega-3 por sí mismo. Por esta razón, recomienda su consumo regular y en las dosis adecuadas a través del pescado.
La Liga Colombiana ha especificado que la principal distinción entre el pescado azul y el blanco reside en el contenido de grasa presente en cada uno, lo cual influye directamente en sus niveles proteicos, además de su concentración de vitaminas y minerales.
El pescado blanco se distingue por ser especies que residen en los lechos marinos. Presentan una carne de color blanco, caracterizada por su sabor y textura más suaves.
Su contenido graso es bajo, no supera el 5%, y se destaca por ser una rica fuente de proteínas magras, por contener nutrientes como el fósforo y por poseer vitaminas del grupo B.
Entre las variedades más conocidas se encuentran el lenguado, la merluza, el bacalao, el cabracho, la pescadilla, el rape, el congrio y el rodaballo. Para una óptima digestión, se recomienda su preparación al vapor, horneados o asados, según sugiere la liga mencionada.
El pescado azul, que habitualmente habita en aguas superficiales o de mediana profundidad, se caracteriza por una carne más oscura, con tonalidades que van desde el rosado hasta el rojo o incluso oscuro, y un sabor más intenso.
Este tipo de pescado tiene un contenido graso que oscila entre el 5% y el 25%, lo que lo convierte en grasa insaturada. Además, es una fuente importante de proteínas y sus altos niveles de ácidos grasos omega-3 contribuyen significativamente a la salud del corazón y el cerebro.
Entre las especies más representativas de esta categoría se encuentran las sardinas, el salmonete, el atún, el salmón, la trucha, el bonito, el pez espada, el rodaballo, la caballa, la anchoa o boquerón, la palometa, la anguila y el arenque, entre otros.
Dentro de las prácticas de penitencia que la Iglesia Católica establece para recordar los últimos días de Cristo en la Tierra, se encuentra la recomendación de abstenerse del consumo de carne roja, ya que esta simboliza el cuerpo de Jesús en la cruz. En sustitución de este alimento, se promueve el consumo de carnes blancas, como el pescado o el pollo.