Mantener una dieta saludable es fundamental para el bienestar, pero no solo depende de elegir alimentos nutritivos. La forma en que preparamos y cocinamos estos alimentos puede influir significativamente en su valor nutricional. Específicamente, las verduras, que comúnmente consideramos esenciales en una alimentación equilibrada, pueden perder muchos de sus beneficios si no se cocinan correctamente.
Según la Academia Española de Nutrición y Dietética, existen técnicas comunes en la cocina que pueden reducir el valor nutricional de frutas y verduras. Un error frecuente es hervir estos alimentos, ya que el calor afecta negativamente a ciertos nutrientes.
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Cuidar nuestra alimentación no solo implica elegir productos saludables, sino también saber cómo prepararlos de la mejor manera. El proceso de cocción es clave, ya que algunas técnicas pueden comprometer los nutrientes de los alimentos. En el caso de las verduras, hervirlas es un proceso que puede destruir muchos de sus componentes beneficiosos.
Aunque el calor facilita la digestión, en el momento que los alimentos se calientan a temperaturas demasiado altas, especialmente por encima de los 40 grados, se pierden nutrientes importantes. Esto es algo que se debe evitar para aprovechar al máximo las propiedades de las verduras.
A pesar de los efectos negativos del hervido, es posible preservar algunos nutrientes con un par de trucos. Si se decide hervir las verduras, es recomendable aprovechar el agua de la cocción, que contiene nutrientes que se liberan durante el proceso. Esta agua puede ser reutilizada para preparar sopas, arroces, salsas o incluso congelada para usarla en otras preparaciones como caldo casero.
Además, para minimizar la pérdida de nutrientes, es recomendable usar la menor cantidad de agua posible al cocinar. No obstante, la mejor opción sigue siendo consumir las verduras crudas o cocinarlas al vapor, en el microondas o en el horno para preservar sus beneficios nutricionales.