San Juan de Lurigancho (SJL), uno de los distritos más grandes y poblados de Lima, alberga una de sus urbanizaciones más emblemáticas, Caja de Agua. Con una historia que remonta a tiempos en que este lugar era un extenso bosque con manantiales, su nombre encierra un vínculo directo con su pasado geográfico y natural. Caja de Agua, además de ser un punto de referencia urbano, también refleja la transformación de un espacio natural a una zona residencial densa y vibrante. Este artículo explora la historia de esta urbanización, su origen y las razones detrás de su nombre tan particular.
La urbanización Caja de Agua debe su nombre a los recursos hídricos que solían abundar en la zona, como manantiales y humedales, antes de que la expansión urbana transformara el área. Estos elementos hicieron de Caja de Agua un lugar idóneo para la vegetación y la instalación de un vivero, convirtiendo al bosque en un importante pulmón verde del distrito. Su historia está profundamente ligada al abastecimiento de agua y la reforestación de la cuenca del Río Rímac.
Actualmente, el Bosque de Caja de Agua alberga aves migratorias y diversas especies vegetales. Foto: difusión
A pesar de la reducción de su tamaño, el bosque de Caja de Agua sigue siendo esencial para San Juan de Lurigancho como un pulmón natural que purifica el aire y alberga diversas especies de aves y plantas. Además, actúa como una unidad de producción de almácigos que se trasplantan en distintas áreas verdes de Lima, contribuyendo al aumento de áreas verdes en una ciudad que enfrenta un déficit significativo en este aspecto.
Desde su creación en los años 50, el bosque de Caja de Agua ha visto una significativa reducción en su extensión debido a la expansión urbana. Originalmente, era tres veces más grande y albergaba humedales y manantiales. Con el tiempo, la urbanización cubrió los campos de cultivo y los canales de riego, desapareciendo parte del ecosistema natural. Sin embargo, sigue desempeñando un papel importante como espacio verde y productor de almácigos en la actualidad.
La expansión urbana en San Juan de Lurigancho tuvo un impacto devastador en los recursos naturales del bosque de Caja de Agua. La construcción de viviendas y la pavimentación de terrenos llevaron a la desaparición de humedales y manantiales, así como a la extinción de los campos de cultivo y antiguos canales de riego. Esto resultó en la reducción del bosque, que pasó de ser un vasto ecosistema a una fracción de su tamaño original.
El Bosque de Caja de Agua fue clave en la reforestación del río Rímac en los años 50. Foto: difusión