La pandemia asolaba el mundo. Estar juntos era un peligro. Los enamorados no podían frecuentarse, en la familia, como en los buenos tiempos. Entonces, el amor, para cantar, tenía que buscar otros lugares. La fotógrafa y poeta Ana Vera (Lima, 1981) vivió esa experiencia con su pareja y se alojó en hoteles, hospedajes y clubes de Lima cerca de seis meses. En ese recorrido, como fotógrafa, ella fue haciendo, sin ningún plan o proyecto, un registro visual del microcosmo que ofrece una habitación, que, en este caso, más allá del tema del amor, era el espacio en donde se encontraban, como refugiados, dos seres humanos que temían a la muerte.
Pasada la amenaza del coronavirus, Ana Vera se percató de que esas fotografías son un testimonio visual de los momentos que vivió, amó y, sobre todo, sobrevivió. Con ellas, ha organizado su primera muestra individual ‘Solo estamos viviendo’ y que actualmente se exhibe en la galería Martín Yépez.
“En un primer momento, el registro fue propio del espacio, la estética y lo que se creaba en las habitaciones que nos acogían como pareja; pero después, una vez revisado el material, me sirvió para, simbólicamente, agradecer por lo vivido y despedir a quienes ya no están”, explica la artista.
Las imágenes registran los objetos y elementos que hay en una habitación de hotel, como mesas, sillas, cómodas, perchas, espejos, camas, ventanas, puertas, un tocador y, tirados como al azar, los pares de zapatos. El relato visual de estos elementos tiene una potencia íntima que aun prescindiendo de la figura humana, nos damos cuenta de que allí hay una pareja.
“Estas imágenes trascienden mi experiencia personal. De todo lo vivido, quedó este registro que he ido trasformando hasta hacer que esta exposición sea una expresión al amor, al contexto de muerte, pero, esta vez, más universal”, dice la fotógrafa.
La fuerza de la muestra está en que la experiencia que recoge en imágenes Ana Vera es una experiencia que vivieron muchas parejas, por eso, ella espera que las imágenes explosionen en la conciencia y mundo interior de otros.
“En el relato de las imágenes, tú sabes que allí hay dos personas, pero eso no es importante, ni siquiera importa la identidad de esas personas. No importa si fui yo o quien sea. Puede ser cualquiera, creo que ese anonimato, ese peso de no estar la pareja expresamente en la imagen, es lo que lo expande”, enfatiza la artista.
“El tema –agrega- va más allá de la cosa amatoria o sexual. Es un tema de encuentro, de silencio y también de conversación de lo que implica una pareja en complicidad y consuelo. Yo, como mi pareja, y como miles y miles de peruanos, perdimos familiares y amistades por la pandemia. Había dolor. Estábamos viviendo una relación de amor como si estuviéramos dentro de una lavadora. Era lo que yo sentía”.
Pero había que vencer a la muerte, había que vivir el amor. La curadora de la muestra, Verónika Tupayachi, ha dicho con certeza: “Solo hacía falta cruzar una puerta de hotel para que la pareja insistiera rebeldemente en vivir en medio de la muerte”.
Ana Vera considera que su muestra, visual y sonora, no es de denuncia, como ha visto en otras exposiciones sobre la pandemia. La suya tiene que ver más con lo vital, apunta a movilizar emociones en el espectador. Como ella reitera, un testimonio de “agradecimiento a la vida, por la oportunidad de amar, vivir y sobrevivir”.
“La vida siempre es un sorteo cada día, y lo fue mucho más durante la pandemia. Pudimos ya no estar acá. En esos momentos, abracé a la poesía y la poesía me abrazó a mí. Los peruanos necesitamos abrazar a la poesía porque la poesía es vida. Con ella se puede hablar de la muerte o hablar de atrocidades; sí, porque el lenguaje poético te da las herramientas para poetizarlo todo”, concluye Ana Vera.
La muestra. ‘Solo estamos viviendo’ se exhibe en la galería Martín Yépez (Nicolás de Piérola 938, plaza San Martín), de martes a domingo, de 11 a. m. a 7 p. m. Libre.