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Cultural

César Vallejo, un peruano hecho verso para el mundo

Se cumplen 128 años del natalicio del peruano más ilustre de la historia moderna, César Vallejo, autor de importantes obras como Trilce, Poemas Humanos y los Heraldos Negros.

larepublica.pe
César Vallejo

El nombre de César Abraham Vallejo Mendoza retumba en los oídos de cualquier peruano como lo haría la resaca de todo lo sufrido.

César Vallejo, qué duda cabe, el literato más ilustre de nuestros tiempos, nació en Santiago de Chuco, departamento de La Libertad, Perú, el 16 de marzo de 1892.

De familia mestiza, fue el menor de once hermanos y creció en medio de una gran devoción cristiana, su familia deseaba que se convirtiera en cura. Completó secundaria en la ciudad de Huamachuco en 1908 y obtuvo su bachillerato de letras en la universidad de Trujillo en 1916.

Dos años más tarde redactó su primer libro de Poesía llamado “Los Heraldos Negros” (impreso en 1918, circula en 1919), uno de los más representativos ejemplos del posmodernismo.

En 1920 regresa a su pueblo natal, donde debido a unos problemas es encarcelado; esta experiencia tendrá una crítica y permanente influencia en su vida y obra, y se refleja de modo muy directo en varios poemas de su siguiente libro, Trilce (1922).

Un año después parte para París, donde permanecerá (con algunos viajes a la Unión Soviética, España y otros países europeos) hasta el fin de sus días.

Estos años estuvieron marcados por una gran pobreza y un intenso sufrimiento físico y moral. Conoció a poetas como Huidobro, Gerardo Diego, Juan Larrea y Juan Gris, con los que participó en actividades de sesgo vanguardista, pero pronto abjura de su propio Trilce y hacia 1927 aparece firmemente comprometido con el marxismo y su activismo intelectual y político.

Terminado este periodo, se dedica a laborar en diferentes periódicos y a preparar material teatral y propagandístico, como Rusia en 1931.

Inscrito en el Partido Comunista de España (1931) y nombrado corresponsal, sigue de cerca las acciones de la Guerra Civil y escribe su poema más político: España, aparta de mí este cáliz, que aparece en 1939 impreso por soldados del ejército republicano.

Algunos años después regresa a París, donde fallece un día lluvioso en viernes santo, el 15 de abril de 1938. Sus restos descansan en el cementerio de Mount-Rouge, en Francia. En 1939 se editaron, de manera póstuma, los Poemas humanos.