Bestia: una historia que remueve la memoria colectiva
Entrevista. El director Hugo Covarrubias habla sobre el corto chileno nominado al Óscar que presenta la historia de Íngrid Olderöck, la mujer acusada de crímenes y violaciones durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Como si fuera un juego de muñecas, Bestia, del director chileno Hugo Covarrubias, fue compuesto en stop motion, (técnica especial de animación) para poder contar una historia con matices sombríos.
El cineasta junto a su equipo creó el corto (nominado al Óscar 2022 en la categoría mejor cortometraje) con la figura de Íngrid Olderöck como protagonista. Esta mujer, exoficial de Carabineros en el régimen de Augusto Pinochet, fue acusada de varios crímenes y delitos contra los derechos humanos, entre ellos, adiestrar perros para violar y torturar mujeres, tal y como lo corrobora a través de su testimonio la exdetenida Beatriz Bataszew.
“Al ver las dificultades de hacer una serie, decidimos realizar un corto y utilizar la rota psicología de Íngrid para dar vida a su potente historia”, explica Covarrubias en entrevista con La República.
En Chile, Olderöck ha retomado una fama que nunca debió tener, pero que con el paso del tiempo sus víctimas han decidido alimentar con el fin de que sus crímenes jamás sean olvidados. Como cuenta el director, Bestia ha servido para remover la memoria colectiva. Solo basta ver qué pasa cuando la protagonista recorre la Venda Sexy (centro de detención y torturas en Santiago), inexpresiva, fría y sin sentimientos.
“La gente tiende a rehuir y evitar estos temas. Hubo un tiempo que en Chile no se hablaba de esto y las nuevas generaciones no reflexionaban sobre lo que pasó. Bestia, al ser una animación, sirvió para llegar a este público”, añade el realizador.
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Durante el transcurso del corto, el espectador conoce a Íngrid Olderöck, su psiquis y la relación que tiene con su perro. En otro momento, también queda al descubierto la fragilidad de la mente de esta mujer, a punto de colapsar. “El hecho de que mostremos a Íngrid como una figura de porcelana en Bestia fue porque era una mujer que nunca se inmutó ante sus delitos y era rígida ante lo que hacía. Hasta el final negó conocer su lugar de torturas y a otros torturadores”, añade Covarrubias.
En el libro de Nancy Guzmán, La mujer de los perros, que se usó como referencia para la realización del cortometraje, Olderöck menciona que su familia fue nazi y que fue criada en un entorno restrictivo donde no se le permitía hablar español ni tener amigos chilenos.
“Para mí, sus rasgos de personalidad terminaron siendo una radiografía de un país lleno de traumas. Configuré el guion a base de las imágenes mentales que tuvimos sobre ella y su maldad”, agrega.
En el corto no hay diálogos, pero las imágenes muestran a través de los sueños de esta mujer, los espacios donde la torturadora se encuentra frente a frente con las víctimas y también cómo se rompe ante una realidad y un sistema que la traiciona. “No podemos justificarla, pero sí podemos identificar que ella fue formada para lo que hizo. Cualquiera que fuera educada como ella, una familia nazi estricta, posiblemente puede llegar a ser así de malvada”, dice Covarrubias.
Bestia es la cuota latina de los Óscar 2022 y, como manifiesta el director, llega con una trama que lleva a la reflexión y la crítica social, a diferencia de las otras competidoras que hablan del amor, la taxidermia, el arte e incluso de la Navidad.
