Decía Alfred Hitchcock que la imaginación era más importante que la lógica. Por suerte para sus seguidores, las fantasías más oscuras del cineasta nunca pasaron de la pantalla grande.
Asesinatos, mentes retorcidas, crímenes impensables y un espectador llevado al límite. Todo eso es lo que uno se encontraba en cada estreno de sus películas. La única regla: no podías contarle el final de la historia a nadie.
Con cada lanzamiento, las salas de cine terminaban con las butacas abarrotadas y las entradas con interminables colas. Posiblemente prueba de que Hitchcock no se equivocaba cuando decía que “a cualquiera le gusta un buen crimen, siempre que no sea la víctima”.
Era un espectáculo, una reinvención del blockbuster sin que su cine perdiera el sello de autoría, el equilibrio perfecto por el que se convirtió en uno de los cineastas más exitosos de todos los tiempos. No obstante, siempre será recordado como el maestro del suspense.
¿Qué es el suspense? “Imagínese a un hombre sentado en el sofá favorito de su casa. Debajo tiene una bomba a punto de estallar. Él lo ignora, pero el público lo sabe”, fue la definición de Hitchcock. Él se adueñó del género narrativo y sobre el cual construyó su cine, con la misma manía de un sujeto planeando el crimen perfecto.
En motivo al 121° aniversario de su cumpleaños, te compartimos ocho películas de su vasta filmografía que te mantendrán pegado a la pantalla y robarán el aliento. Sin más, prepárese para sentir el mismo placer que consiguen cuando despiertan de una pesadilla.
Alfred Hitchcock fue un director de cine, productor y guionista británico. Pionero en muchas de las técnicas que caracterizan a los géneros cinematográficos del suspenso y el thriller psicológico, tras una exitosa carrera en el cine británico en películas mudas y en las primeras sonoras, que le llevó a ser considerado el mejor director de Inglaterra.