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Cine y series

Susan Sarandon pone la eutanasia en discusión

En Blackbird. La ganadora del Óscar comenta sobre el filme donde encarna a una mujer que reúne a toda su familia para comentarles que padece ELA y que no quiere seguir viviendo.

Con información de Infobae

La ganadora del Oscar Susan Sarandon conversó con Infobae sobre Blackbird, filme donde encarna a una mujer que reúne a toda su familia para comunicarles que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y que no quiere seguir viviendo. La eutanasia y la presencia, además, de Kate Winslet, Sam Neill y Mia Wasikowska, lo hacen de por sí un filme esperado.

¿Es de las que prefiere el estilo de historias que deja pensando a la gente, con temas que puedan seguir debatiéndose fuera del cine?

Yo siempre sentí que hasta El profesor chiflado era una de las películas más políticas, porque te identificabas con el héroe del protagonista y querías que la chica terminara con el más gordo. Todas las películas dicen algo, toda película te llega... ahora, cuando genera cierta conversación, pienso que realmente tuvo éxito.

Al momento de aceptar un nuevo rol, ¿toma también en cuenta a los actores con quienes va a trabajar antes de considerar la historia? ¿Ayuda tener al lado a gente como Kate Winslet y Sam Neill?

Yo siempre pregunto quién está involucrado. Esta vez, ya todos habían aceptado con Blackbird. Solo tuve que votar. Sabía que el elenco era buena gente y también había trabajado con varios, como Kate (Winslet) y con mi esposo en la ficción, Sam Neill. Sabía que podía ser algo divertido.

¿Qué tan difícil fue preparar un rol donde sabía que iba a morir en el cine? Aunque fuera pura ficción, ¿pudo evitar pensar en la verdadera muerte?

Las primeras dos semanas fueron una verdadera tortura, incluso imaginar todo eso. Pero cuando llegamos a cierta edad, también se siente que todo lo que te ofrecen son historias donde estás muriendo o ayudas a alguien a morir. Así que lo pensé varias veces, y también aprecio tener que pensarlo, porque creo que todos deberíamos vivir cada día como si fuera el último día. Y me parece un buen regalo cuando alguien te da algo así, donde realmente hay que pensar en estas cosas. Pero también creo que hay algo que te ata los pies a la tierra, es muy difícil dejar este mundo al momento de pensar en nuestros hijos.

¿Y cómo analizó, entonces, la idea de suicidarse en la película Blackbird?

Me pareció interesante pensar lo que significa la vida y la posibilidad de marcar el límite, cuándo te importa y cuándo te deja de importar la calidad de vida. Cuando filmé The Hunger (sobre un inmortal vampiro) recuerdo que me cuestioné si me gustaría vivir para siempre y sobre los límites que definen lo que debería ser tu vida. Son cosas que surgen en el análisis. Y, por supuesto, la familia y cómo ves a tus hijos, que no siempre son lo que piensas que son. La historia tiene muchas revelaciones. Por eso acepté.

Pero si fuera usted, en la realidad, ¿tendría el coraje de apretar un botón y suicidarse?

Yo no hubiera podido hacerlo. Pero también entiendo a cualquiera que lo hubiese hecho. Yo, personalmente, no lo haría ni en un millón de años. Aun sabiendo el futuro que le espera a ella, en cierto punto, me hubiera sido muy difícil dejar atrás a mis hijos. Es un tema que da para hablar. A veces nos damos cuenta de nuestros límites con solo ver algo en el cine. Podemos hablar de lo que haríamos o no haríamos. Por eso pienso que todas las películas pueden generar una buena discusión. Por ahí pasa el éxito.