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Cine y series

Exdirector de Star Wars defiende su versión

Rian Johnson. Tras las críticas negativas a The Rise of Skywalker, el cineasta defendió los cambios que hizo en el personaje en The last Jedi.

larepublica.pe
Protagonista. Mark Hamill en una historia que no tuvo el cierre que se esperaba.

Por: Redacción Fama

Los fans de Star Wars están divididos con el reciente estreno de The Rise of Skywalker. Incluso hay quienes etiquetaron al exdirector y escritor de The Last Jedi para cuestionar el supuesto ‘daño’ que le hizo a la franquicia con los cambios “en el carácter” de ‘Luke Skywalker’, interpretado por Mark Hamill. La crítica ha sido tal que Rian Johnson tuvo que defenderse en las redes sociales.

“Entiendo ese punto de vista, pero estoy completamente en desacuerdo con él. De hecho, creo que le falta el respeto al personaje de Luke al tratarlo no como un verdadero héroe mítico que supera las heridas y defectos recurrentes, sino como un personaje de videojuego”, tuiteó ayer.

En otro momento, tras conocerse las críticas negativas (Los Ángeles Times la llamó “épico fracaso”), Johnson opinó así en el podcast ‘Swing & Mrs’ sobre la película dirigida por J.J Abrams. “Si veo exactamente aquello que quiero en pantalla, probablemente me haga sonreír y sentir neutral al respecto y no pensaré en ello después de ver la película, pero esto no es algo que vaya a satisfacerme realmente”.

Sin embargo, la editora de El despertar de la fuerza y de El ascenso de Skywalker, Maryann Brandon, también reforzó la teoría de que la versión de Johnson fue la que dificultó un final brillante. “The Last Jedi realmente lo disfruté, pero diré que presentó muchos desafíos en términos de dónde tuvo que ir el Episodio IX para terminar la saga. En otras palabras, desafortunadamente Carrie murió. Ella es un personaje que tuvo que ser descubierto, y ése fue un gran desafío. Pero creo que J.J. y Chris Terrio (guionista) hicieron un trabajo increíble. Luke murió, así que tuvimos esos dos problemas opuestos”.

La clave

Taquilla. La película logró $ 40 millones en su estreno mundial, a pesar de que para algunos medios estadounidenses es uno de los “fracasos” de la década.