Con apenas dos días en cartelera, Joker, de Todd Phillips, le ha dado a Joaquin Phoenix una plataforma importante para demostrar su talento y ganarse al espectador con su interpretación.
Si bien el actor es conocido por tomarse el tiempo de escoger qué tipo de papeles aceptará, a más de uno sorprendió en el 2008 cuando anunció el fin de su carrera y el inicio de una en el mundo del Hip Hop. Pero, ¿Cuál era la verdad?
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En aquel año, Phoenix informaba su salida del cine y su incursión en un nuevo ‘negocio’. Con más de un fan sorprendido, no solo por su decisión, sino por la actitud que tomó, las sospechas de que todo era una farsa aumentaron cuando meses después el actor acudió al programa de David Letterman convertido en el desaliñado J.P., su nueva identidad. El actor aseguraba estar cansado de Hollywood, insistía en que necesitaba un cambio de aires y que quería probar suerte como cantante.
Pero todo esto formaba parte de un proyecto de Casey Affleck, su amigo y entonces cuñado, quien lo acompañaba y filmaba en sus actos públicos. No fue hasta la presentación oficial del documental ‘I´m Still Here’ en el Festival de Venecia del 2009 cuando se despejaron todas las dudas sobre el proyecto, Phoenix apareció por primera vez con la imagen totalmente cambiada.
‘I´m Still Here’ nos presenta a Joaquin Phoenix, un famoso actor harto de su vida hollywodense, de su trabajo y de todo lo que lo rodea, hasta que un día decide abandonar todo y probar suerte como cantante. Nadie lo tomó en serio, pero él se dio a conocer como J.P.
En las imágenes se puede ver que este personaje consigue reuniones con Sean Combs, alias P. Diddy, quien parece interesado en su nueva faceta musical, Phoenix no consigue convencer a nadie y solo encuentra obstáculos, refugiándose en las drogas, el sexo y la autocompasión. Las pocas actuaciones que logra tener eran un desastre, y enseguida se convierte en el hazmerreír de los medios. Cada vez más solo y desesperado, afrontar el fracaso y recapacita en volver a lo que hacía antes, ser un actor.
“Affleck y yo queríamos hacer un film que explorara la libertad, la relación entre los medios de comunicación, sus consumidores, y las propias celebridades”, dijo en aquel entonces Phoenix. El resultado es tan desconcertante como magistral.