En un contexto de crecientes tensiones internacionales y advertencias sobre el riesgo de guerra nuclear, científicos e ingenieros chinos han llevado a cabo pruebas de resistencia nuclear en sus sistemas de enlace de datos militares. Según informó el South China Morning Post, que tuvo acceso a un artículo en la revista Wireless Communication Technology, los equipos fueron sometidos a condiciones extremas para simular el impacto de una explosión nuclear en la estratosfera.
El ensayo, llevado a cabo por ingenieros de la Corporación del Grupo de Tecnología Electrónica de China (CETC) y supervisado por el Ejército Popular de Liberación (EPL), empujó el hardware de comunicación hasta un 60 % más allá de los límites militares convencionales. Esto representa un esfuerzo sin precedentes por asegurar que el país esté preparado para enfrentar los desafíos que plantean posibles ataques nucleares.
La prueba fue supervisada por un representante de la Fuerza Aérea del Ejército Popular de Liberación (PLA). Foto: referencial/EFE
Las pruebas de resistencia nuclear en China buscan robustecer los sistemas de comunicación del EPL y garantizar que puedan operar incluso bajo un ataque nuclear. Durante el simulacro, el equipo fue expuesto a un campo eléctrico de hasta 80 kilovoltios por metro, significativamente mayor al estándar de 50 kilovoltios que se exige a nivel militar tanto en China como en Estados Unidos. Esta rigurosa prueba, según detalló el ingeniero de proyectos Li Zhirui, mostró que el equipo resistió los impactos y permitió una rápida recuperación de la red de comunicación tras una breve interrupción.
El representante de la Fuerza Aérea de China presente en la prueba declaró que estos ensayos son una “medida de seguridad nacional esencial”, en especial en un contexto donde los países con armamento nuclear, incluidos Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido, han intensificado sus ejercicios con misiles balísticos intercontinentales.
La Corporación del Grupo de Tecnología Electrónica de China (CETC) lideró el diseño y fortalecimiento de estos sistemas de comunicación, clave para la defensa nacional. Foto: MercoPress
Un ataque nuclear en la estratosfera desencadena lo que se conoce como un pulso electromagnético de gran altitud (HEMP). Este fenómeno, al liberar rayos gamma que se expanden rápidamente, tiene el potencial de generar corrientes eléctricas intensas en los sistemas electrónicos y afectar desde antenas y cables hasta complejas redes de comunicación militar. A diferencia de los daños causados por una explosión nuclear en la superficie, el pulso electromagnético no afecta directamente a las personas o edificaciones, pero puede dejar inoperativos dispositivos críticos.
En el caso del ensayo chino, los ingenieros lograron redirigir la corriente excesiva generada por el pulso hacia el suelo, protegiendo así las antenas y circuitos electrónicos. Este proceso involucró el rediseño de componentes y el uso de materiales avanzados para blindar las conexiones.
Esta es una de las pocas veces que China publica detalles de pruebas de resistencia nuclear, debido a la sensibilidad de la seguridad nacional. Foto: vesmedia
La implementación de medidas avanzadas para blindar los equipos de enlace de datos en China evidencia un avance significativo en tecnología de comunicación inalámbrica. Los ingenieros de la CETC han innovado en el diseño de antenas y carcasas, usando materiales de alta resistencia y técnicas de soldadura que reducen vulnerabilidades ante un ataque nuclear. Estas modificaciones también responden a la amenaza de intrusiones electromagnéticas por “puertas traseras”, donde el pulso electromagnético puede ingresar a través de pequeños espacios en los chasis y cables de los equipos.
Según los investigadores, esta tecnología se ha convertido en un factor decisivo para la Fuerza Aérea del EPL y otros sectores del Ejército Popular de Liberación, que dependen de una comunicación robusta para coordinar sus acciones en situaciones de emergencia.