En el Imperio de los Incas, ubicado en lo que hoy conocemos como Tahuantinsuyo, una bebida fermentada destacaba como parte esencial de la vida cotidiana y ceremonial. Según Rosario Olivas Weston, esta bebida era fundamental de esta sociedad, pues, contrariamente a lo que muchos podrían pensar, no bebía agua como su principal líquido, sino que prefería esta bebida por sus diversas aplicaciones y significados.
La tradición de esta bebida se mantiene en ciertas provincias del país sudamericano, transmitiéndose de generación en generación, evidenciando su profunda conexión con las raíces culturales de la nación. La fabricación de esta bebida involucra procesos que fueron perfeccionados a lo largo de los siglos, manteniendo métodos tradicionales que resaltan su importancia histórica y su papel en la identidad cultural peruana.
La fabricación de esta bebida involucra procesos que fueron perfeccionados a lo largo de los siglos. Foto: El Trinche.
De acuerdo a la investigación de Olivas Weston, la relevancia de esta bebida en el Tahuantinsuyo era tal, que su consumo se extendía más allá del ámbito doméstico, alcanzando niveles políticos y espirituales. Era común que se ofreciera en ceremonias para fortalecer la cohesión comunitaria y como ofrenda a los dioses, reflejando su papel integral en la sociedad y su contribución a la salud y el bienestar de sus pobladores.
Era común que se ofreciera en ceremonias para fortalecer la cohesión comunitaria y como ofrenda a los dioses. Foto: Enigma Perú.
De acuerdo a lo que explica la historiadora Rosario Olivas Weston en su libro 'La cocina de los incas' —citado por el canal de YouTube de La Biblioteca de Merlín— la chicha de jora fue una bebida fundamental para en el Imperio Inca. Esta bebida fermentada a base de maíz tenía un papel nutricional y que reemplazaba al agua en muchas actividades diarias, lo que refleja la afirmación de que esta sociedad no bebía agua.
La historiadora Rosario Olivas Weston en su libro 'La cocina de los incas' revela la chicha de jora fue una bebida fundamental para en el Imperio Inca. Foto: Composición LR/USMP/Amazon.
En el imperio incaico, la chicha de jora era consumida por una amplia gama de personas, desde la nobleza hasta los ciudadanos generales. Esta bebida tenía un papel relevante en diversas actividades sociales y religiosas, siendo parte integral de ceremonias, festividades y reuniones comunitarias. Su consumo trascendía las clases sociales, sirviendo como un elemento de unión y cohesión dentro de la sociedad incaica.
Según la información plasmada en el portal Perurail, "los gobernantes y la nobleza a menudo la consumían en ceremonias religiosas y festividades estatales, utilizando vasijas ceremoniales. Para la población general, su consumo también era habitual en festividades, aunque en contextos menos formales".
La chicha de jora es una bebida fermentada a base de maíz jora que se caracteriza por su contenido energético derivado principalmente de los carbohidratos. El proceso de fermentación natural de la chicha no solo transforma los azúcares en alcohol, sino que también puede promover la proliferación de microorganismos beneficiosos, que son potenciales probióticos y ayudan en la digestión. Esto la hace una bebida no solo refrescante sino también nutritiva.
Esta bebida tenía un papel relevante en diversas actividades sociales y religiosas. Foto: Taste Atlas.
La chicha de jora contiene vitaminas del complejo B, que son cruciales para el funcionamiento del sistema nervioso y el metabolismo energético. Estas vitaminas ayudan en el mantenimiento de la piel y el crecimiento celular. La fermentación también puede enriquecer la bebida con minerales y mejorar su perfil nutricional. Esta bebida sigue siendo un elemento esencial en festividades y reuniones sociales en muchas comunidades andinas.