La premisa es sencilla y solo requiere de dos desconocidos sentados frente a frente en un ambiente cómodo para leer y responder 36 preguntas en voz alta durante 45 minutos. El experimento, desarrollado por un reconocido psicólogo, podría generar un vínculo especial o incluso ocasionar que los participantes se enamoren.
El especialista Arthur Aron de la Universidad de Stony Brook en Nueva York, en Estados Unidos, desarrolló una prueba en 1997 para explorar la creación de cercanía y conexión emocional entre dos personas.
El ‘cuestionario para enamorarse’ consta de 36 preguntas que intentarán aumentar gradualmente la intimidad entre dos desconocidos con el objetivo de que, mediante la vulnerabilidad y descubrimiento compartido, las personas puedan establecer un vínculo profundo en un corto periodo de tiempo.
El interrogatorio se divide en tres bloques, cada uno con 12 preguntas. Asimismo, los investigadores que desarrollaron el experimento recomiendan que las parejas tarden unos 15 minutos para responder cada etapa.
El primer conjunto de preguntas incluye temas más superficiales y buscan una primera conexión. El cuestionario inicial incluye las siguientes preguntas:
La primera fase está diseñada para romper el hielo y permite a los participantes hablar sobre sus aficiones, así como revelar aspectos de sus personalidades y preferencias. El segundo bloque profundiza más los asuntos personales y emocionales, buscando que la pareja cuente más detalles sobre su vida y sentimientos. Algunas de las preguntas son:
Las interrogantes del nivel dos requieren mayor reflexión y autorrevelación para generar una conexión emocional más fuerte. Sin embargo, el tercer bloque cuenta con preguntas más íntimas y vulnerables, debido a que esta etapa busca crear una sensación de cercanía profunda al compartir aspectos muy personales.
Luego del cuestionario, el estudio recomienda que los participantes se miren fijamente a los ojos durante cuatro minutos sin hablar para intensificar la conexión emocional.
El profesor de psicología Arthur Aron de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook es conocido por su trabajo sobre la intimidad en las relaciones interpersonales . Foto: La Voz de Galicia.
Antes de publicar el estudio, los investigadores probaron el experimento con algunos voluntarios y pudieron demostrar que las parejas que participaron en la investigación sintieron una mayor cercanía en contraste con las personas que tuvieron solo una conversación trivial.
La idea de Aron era “crear una cercanía en el laboratorio, y que después de estar 45 minutos respondiendo, su confianza con la nueva persona fuese casi tan grande como la que tendría con el individuo de mayor confianza de su vida”. No obstante, trabajos posteriores no encontraron efectos significativos adicionales en la conexión, independientemente de si los desconocidos compartían actitudes importantes como gustarse mutuamente o un objetivo explícito.
Si bien el objetivo original no era crear un romance, sino investigar cómo se forman las relaciones personales, ha sido adoptado como una herramienta para fortalecer la conexión amorosa.
La escritora Mandy Len Catron publicó un artículo en The New York Times sobre su experiencia usando las 36 preguntas. Foto: SBS
Una de las personas que popularizó este experimento fue la escritora Mandy Len Catron, quien en un artículo que publicó en el The New York Times en 2015 describió cómo se enamoró de un conocido al seguir las preguntas del cuestionario. Asimismo, la prueba ha sido mencionada en series de televisión como ‘The Big Bang Theory’.
El 'cuestionario para enamorarse' de Arthur Aron demuestra cómo la autorrevelación y la vulnerabilidad pueden ser factores decisivos a la hora de crear una conexión emocional.