La NASA, junto a Howe Industries, está desarrollando un innovador motor espacial llamado propulsor de plasma pulsado (PPR). Esta tecnología espacial de última generación promete viajes a Marte en un tiempo récord de dos meses, lo que representa un avance significativo en comparación con el tiempo actual de las exploraciones al planeta rojo.
Los viajes espaciales a Marte actualmente toman entre seis y nueve meses. Por ello, desde la NASA buscan reducir el tiempo con la ayuda de un nuevo concepto de motor espacial desarrollado por la NASA en colaboración con Howe Industries. Esta innovación representaría una gran noticia para la exploración espacial, ya que podría abrir nuevas posibilidades para la colonización de Marte.
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El PPR aprovecha la energía nuclear mediante la fisión nuclear, liberando una gran cantidad de energía al dividir átomos. Esta energía se transforma en plasma caliente, un gas ionizado que se expulsa a alta velocidad para generar empuje. El diseño innovador del PPR permite una alta eficiencia, lo que se traduce en un mayor empuje con menos combustible.
El propulsor de plasma pulsado (PPR) puede generar hasta 100.000 newtons de empuje. Para poner en contexto, un carro de uso personal necesita alrededor de 5.000 newtons de empuje para acelerar rápidamente en una carretera, es decir, tiene el doble de propulsión. Además, el PPR tiene un impulso específico (Isp) de 5.000 segundos.
El Isp analiza qué tan eficiente es el cohete, o mejor dicho, sirve como medida para registrar cuánto tiempo puede funcionar con una cantidad determinada de combustible. Un Isp de 5.000 segundos es muy alto, lo que significa que el PPR es eficiente y necesita menos combustible para generar empuje.
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El Propulsor de Plasma Pulsado (PPR) ofrecerá grandes ventajas para la exploración espacial, según informa la NASA. Esta tecnología, aparte de reducir el tiempo de viaje al planeta Marte, podrá disminuir la exposición de los integrantes del viaje tripulado respecto a los peligros que representa explorar el espacio. Este innovador desarrollo servirá, además, para transportar naves espaciales más pesadas, lo que significa que se podrán llevar más equipos de protección y suministros esenciales, aumentando la protección contra la radiación espacial.
El PPR también será útil para enviar sondas y telescopios a otros lugares del sistema solar, como el cinturón de asteroides, o incluso más lejos. A 550 unidades astronómicas de la Tierra, el Sol puede actuar como una lente gravitacional, enfocando la luz de objetos distantes y permitiendo observaciones más detalladas de los cuerpos celestes en el espacio.
Plano que explica la construcción del cohete que llevaría tripulación a Marte en dos meses. Foto: Howe Industries
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La NASA está dando un paso crucial hacia el futuro de los viajes espaciales con el desarrollo del propulsor de plasma pulsado (PPR), una tecnología innovadora que promete acortar significativamente los viajes a Marte. El programa NIAC (NASA Innovative Advanced Concepts) está jugando un papel fundamental en este avance, proporcionando el financiamiento necesario para que Howe Industries explore la viabilidad del PPR.
En la fase inicial de este programa, Howe Industries recibió $175,000 para realizar estudios exhaustivos que abordan aspectos críticos del PPR:
En la segunda fase del programa NIAC, Howe Industries ha recibido 600.000 dólares adicionales para continuar desarrollando el PPR. En esta fase, que aún no se ha llevado a cabo, la empresa se centrará en diseñar una nave grande y bien protegida para llevar personas y carga a Marte. Los objetivos incluyen optimizar el diseño del motor para hacerlo más ligero y eficiente, realizar experimentos para probar los componentes principales y completar el diseño de una nave con protección contra la radiación.
El propulsor de plasma pulsado funciona con energía nuclear. Foto: SENER
Para poner en funcionamiento un cohete de plasma, se necesita usar una combinación de campos eléctricos y magnéticos para descomponer los átomos y moléculas de un gas propulsor en un conjunto de partículas que tienen una carga positiva (iones) o una carga negativa (electrones).
La primera misión exitosa a Marte fue la Mariner 4, lanzada por la NASA el 28 de noviembre de 1964. Esta sonda pasó a 6.120 millas del planeta y envió 22 fotos, como se había planeado. Por otro lado, la primera nave en entrar en órbita alrededor de Marte fue la Mars 2, lanzada por Rusia en 1971.
El 25 de junio de 2023, Nathan Jones, Ross Brockwell, Kelly Haston y Anca Selariu formaron la tripulación que ingresó a un hábitat simulado en el Centro Espacial Johnson de la NASA, ubicado en Houston, Estados Unidos.
La sonda espacial que formó parte de la misión Marine 4. Foto: Jet Propulsion Laboratory
Marte es el cuerpo planetario más similar a la Tierra y por lo tanto el que más potencial tiene de albergar o haber albergado vida. Esto lo convierte en un claro objetivo de interés astrobiológico: la exploración de Marte y el análisis de los datos para valorar su potencial habitabilidad.
Estados Unidos ha logrado aterrizar en Marte en nueve ocasiones: Viking 1 y Viking 2 (ambos en 1976), Pathfinder (1997), Spirit y Opportunity (ambos en 2004), Phoenix (2008), Curiosity (2012), InSight (2018) y Perseverance (2021).