Las pinturas rupestres que los humanos del Paleolítico pintaron en cuevas para representar su mundo y entorno no solo fueron figuras bidimensionales, sino de tres dimensiones, asegura un estudio publicado en agosto en la revista Antiquity.
La nueva característica del paleoarte ha sido descubierta tras revisitar, con una nueva técnica, antiguas figuras ―e identificar otras nuevas― en la cueva de La Pasiega, en Cantabria, España, las cuales datan de hace 65.000 años.
En ese proceso, se ha descubierto que estas figuras habrían sido elaboradas teniendo en consideración la superficie irregular de las paredes de las bóvedas, una disposición que le da una apariencia 3D a los dibujos.
Según el equipo de científicos detrás del estudio, compuesto por Raquel Asiain, Roberto Ontañon y Pedro Saura, este descubrimiento podría inaugurar una nueva forma de estudiar el paleoarte y de entender la vida de nuestros antepasados.
El equipo de expertos descubrió la naturaleza 3D de las pinturas rupestres cuando analizaba los entornos de La Pasiega mediante la técnica de fotografía estereoscópica.
Esta técnica, creada a fines de siglo XIX, se basa en la ilusión de profundidad y tridimensionalidad que ocurre en nuestro cerebro cuando observamos dos imágenes distintas (pero posicionadas una al lado de la otra) que han sido tomadas a la misma distancia que la separación promedio de nuestros ojos (63 mm).
Según los científicos, para apreciar el efecto tridimensional de las pinturas y las formas onduladas de las paredes de la cueva de La Pasiega habría bastado cruzar levemente los ojos, es decir, poner los ojos un poco bizcos.
"En el arte rupestre del Paleolítico, los artistas utilizaban las formas naturales de las cuevas para crear sus pinturas", sostuvo Asiain ante Live Science, quien es arqueóloga y fotógrafa de la Universidad Complutense de Madrid.
"La necesidad de preservar esa percepción 3D de las cuevas fue una de las razones que me inspiraron a utilizar estas imágenes estereoscópicas", añadió.
En la parte inferior, dos imágenes recién descubiertas en la cueva de La Pasiega con la nueva técnica. Foto: Antiquity (2023)
La fotografía estereoscópica ha permitido encontrar tres nuevas figuras de animales (dos caballos y un uro, una especie extinta) que antes habían permanecido ocultas entre las 700 representaciones encontradas en La Pasiega: dibujos, símbolos, puntos y líneas.
El caballo se encuentra situado de manera que su cabeza descansa en una zona cóncava de la pared de la cueva, mientras que el pecho queda en una zona convexa, realzando la apariencia 3D del animal, señalan los investigadores.
“Al documentar las superficies irregulares de las paredes de la cueva junto con marcas pintadas y grabadas, identificamos nuevas figuras de animales y reinterpretamos otras, que antes se consideraban representaciones parciales, como completas”, indica el estudio publicado en agosto en la revista Antiquity.
"La técnica que emplean estos autores es útil para recordarnos cuán técnicamente hábiles eran estos artistas y para darnos una idea del proceso creativo", sostuvo April Nowell, arqueóloga de la Universidad de Victoria en Canadá, quien no participó en la investigación.