La primera lluvia de estrellas de octubre llega a su pico de actividad este fin de semana. Se trata de las dracónidas, que la mayoría de veces pasa desapercibida, pero que en ocasiones sorprende con cientos de meteoros por hora.
Su nombre se debe a que estas estrellas fugaces tienen su radiante (el sector del cielo donde parecen surgir los meteoros) en la constelación de Draco, el dragón. No obstante, su origen real es una nube de escombros dejados por el cometa 21P/Giacobini-Zinner, que es atravesada por la Tierra cada año.
“Por lo general, la lluvia de meteoritos dracónidas no arroja más de 10 a 20 meteoros por hora en su punto máximo”, describe la NASA. Sin embargo, los observadores europeos presenciaron en 2011 más de 600 estrellas fugaces por hora, es decir, al menos 10 por minuto.
El fenómeno es visible principalmente en los cielos del hemisferio norte. En cuando al hemisferio sur, hay posibilidad de observación en las zonas más cercanas al ecuador.
En ese sentido, en el caso de América Latina, países como Chile y Argentina no están favorecidos para presenciar este evento astronómico.
La lluvia de estrellas delta acuáridas de julio 2022 se aprecia mejor desde lugares libres de luces artificiales. Foto: Science Focus
A diferencia de la mayoría de lluvias de estrellas, las dracónidas llegan a la Tierra durante un periodo muy corto. Para este año, el fenómeno tendrá lugar entre el 7 y el 9 de octubre, mientras que su pico de actividad se dará el 8 de octubre. Lamentablemente, en estas fechas la luna estará llena o casi llena y su brillo opacará a los meteoros débiles, que son la mayoría.
El momento ideal para ver las dracónidas inicia apenas al caer la noche, ya que su radiante dura pocas horas sobre el horizonte.
Este es el horario para países donde se podrá ver esta lluvia de meteoros:
Como es usual, se aconseja buscar un lugar lejos de las luces artificiales. Por ejemplo, los alrededores de las ciudades, zonas rurales o el campo.
Durante las fechas mencionadas, la constelación Draco estará sobre el noreste. Por tanto, se recomienda observar principalmente toda la mitad norte del cielo. La mejor forma de hacerlo es tumbarse boca arriba.
Asimismo, es necesario acostumbrar la vista a la oscuridad de la noche durante unos minutos para poder divisar los meteoros.
Lluvia de estrellas dracónidas captada en 2013 desde Arizona. Foto: Sean Parker / EarthSky
La órbita del cometa 21P/Giacobini-Zinner alrededor del Sol dura 6,6 años. Esa es la frecuencia con la que se acerca también a la Tierra y, durante cada paso cercano, su nube de escombros se vuelve más densa.
Durante sus últimos perigeos (mayor acercamiento a la Tierra), en 2011 y 2018, se registró una aumento de actividad, pero nada comparado con 1933 y 1946, cuando se produjeron tormentas de meteoros dracónidas, con varios miles de meteoros por hora.
Aunque el próximo perigeo será en 2025, los expertos no descartan la posibilidad de un aumento repentino de actividad en años anteriores o posteriores debido a la estela dejada por el cometa.