La NASA ha presentado el cuerpo principal de su gigantesca nave espacial Europa Clipper, cuya misión es averiguar si existen condiciones para la vida en Europa, una luna helada de Júpiter que en sus profundidades albergaría un océano con el doble del volumen de agua existente en la Tierra.
La nave está programada para ser lanzada en octubre de 2024, mientras tanto los ingenieros y técnicos de la agencia estadounidense terminarán de ensamblarla para asegurar que resista al largo viaje y la radiación.
El núcleo, de forma cilíndrica, mide 3 metros de alto y 1,5 metros de ancho. Sin embargo, con sus paneles solares y otros equipos desplegables, Europa Clipper será tan grande como una cancha de baloncesto. Será la nave espacial más grande de la NASA jamás desarrollada para una misión planetaria.
El cuerpo principal de Europa Clipper de la NASA a bordo de un avión de carga C-17. Foto: NASA / JPL-Caltech / Johns Hopkins APL / Ed Whitman
“Es un momento emocionante para todo el equipo del proyecto y un gran hito”, dijo en un comunicado Jordan Evans, gerente de proyectos de la misión en JPL. “Esta entrega nos acerca un paso más al lanzamiento y a la investigación científica de Europa Clipper”.
El cuerpo de Europa Clipper fue diseñado por el Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins (APL) en colaboración con el Laboratorio de Propulsión a Chorro y el Centro de Vuelo Espacial Goddard, ambos pertenecientes a la NASA.
Los nueve instrumentos científicos de la nave espacial recopilarán datos sobre la atmósfera, la superficie y el interior de la roca. Dicha información se utilizará para medir la profundidad y la salinidad del océano, el grosor de la corteza de hielo y las posibles columnas que pueden estar expulsando agua del subsuelo al espacio.
La estructura principal está constituida en realidad por dos cilindros de aluminio apilados, con orificios roscados para atornillar la carga de la nave espacial: el módulo de radiofrecuencia, los monitores de radiación, la electrónica de propulsión, los convertidores de potencia y el cableado.
El subsistema de radiofrecuencia alimentará ocho antenas, incluida una enorme antena de alta ganancia que mide 3 metros de ancho. La red de cables y conectores eléctricos de la estructura, llamada arnés, pesa 68 kilos por sí sola; si se extendiera, recorrería casi 640 metros, el doble del perímetro de un campo de fútbol.
La bóveda electrónica de servicio pesado, construida para resistir la intensa radiación del sistema de Júpiter, estará integrada a la estructura principal de la nave espacial junto con los instrumentos científicos.
Desde la izquierda: el módulo de propulsión del Europa Clipper de la NASA, el espectrógrafo ultravioleta (llamado Europa-UVS), la antena de alta ganancia y una ilustración de la nave espacial. Foto: NASA / JPL-Caltech / Johns Hopkins APL
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Dentro del núcleo hay dos tanques, uno para almacenar combustible y otro para oxidante, y la tubería que llevará estos contenidos a una serie de 24 motores, donde se combinarán para crear una reacción química controlada que produce empuje.
“Nuestros motores tienen un doble propósito”, señaló Tim Larson, subdirector del proyecto del JPL. “Los usamos para grandes maniobras, incluso cuando nos acercamos a Júpiter y necesitamos capturar una gran quemadura en la órbita de Júpiter. Pero también están diseñados para maniobras más pequeñas, para gestionar la actitud de la nave espacial y ajustar los sobrevuelos de precisión de Europa y otros cuerpos del sistema solar en el camino”.
Esas maniobras grandes y pequeñas entrarán en juego durante el viaje de seis años, periodo en el cual se recorrerá 2.900 millones de kilómetros hasta este mundo oceánico. Europa Clipper comenzará a investigar en serio en 2031.
Con información de Europa Press