Los eclipses lunares son uno de los fenómenos astronómicos más esperados por las personas, ya que la Luna adquiere un color entre rojo y naranja que contrasta en la oscuridad de la noche. Un evento así pudo ser presenciado en toda América este 15 y 16 de mayo.
Ahora te explicamos qué es un eclipse de luna y por qué, durante este fenómeno, el satélite natural de la Tierra tiene este efecto ante nuestra mirada.
Eclipse lunar. Rodrigo Talavera/Arequipa
Todo eclipse tiene lugar cuando la Tierra, la Luna y el Sol coinciden en un mismo plano en el espacio. Esto no suele ser recurrente, ya que nuestro satélite natural tiene una inclinación de 5° con respecto a la órbita del planeta azul.
En el caso de un eclipse lunar, la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, impidiendo que esta última reciba directamente la luz proveniente de la estrella.
Sin embargo, en vez de que la luna se oscurezca, se tiñe de un color rojo. Este efecto se observa en toda la superficie del astro cuando es un eclipse lunar total.
La luna es una roca y no emite brillo por sí misma. Cuando se ubica en lo más alto del cielo, el astro luce de un blanco brillante porque le impacta de lleno toda la luz del sol, compuesta de diferentes colores.
Los colores —que en conjunto forman el espectro visible— viajan en longitudes de onda diferentes. En un extremo, el azul y el violeta tienen una longitud de onda más corta y, en el otro lado, el naranja y el rojo tienen una longitud de onda más larga.
Ahora, cuando la luz atraviesa la atmósfera terrestre, compuesta de diferentes gases, las distintas longitudes de ondas se descomponen y doblan como si estuviera pasando por un prisma.
En ese filtro por la atmósfera, la luz rojo-naranja sobrevive mejor frente a la luz azul. Esta se curva por la Tierra hasta impactar con la superficie lunar.
Un eclipse lunar total, o luna de sangre, será visible en todo el continente de América a mediados de mayo. Foto: Peter Ward (Barden Ridge Observatory)
A este fenómeno físico se le conoce como la dispersión de Rayleigh y es el mismo causante de que, durante los atardeceres, cuando el Sol está más cerca del horizonte, el cielo adquiera un color entre naranja y rojo.
El tono de rojo que tenga la Luna también depende de las condiciones de la atmósfera terrestre (cantidad de partículas de polvo, ceniza o agua) en el momento del eclipse, detalla el portal Time and Date.
Se le conoce como luna de sangre o luna roja únicamente a los eclipses de luna de tipo total, que es cuando el satélite entra a la sombra más oscura de la Tierra (umbra) y se tiñe de dicho color por completo.
El fenómeno dura apenas unas horas y puede ser observado a simple vista y sin ningún instrumento especial.