En noviembre de 1971, la sonda Mariner 9 de la NASA se coronó como el primer instrumento del hombre en entrar a la órbita de Marte. Su misión era cartografiar la superficie del planeta rojo, pero al inicio hubo un inconveniente. Una gran tormenta de polvo obstaculizaba su primer vistazo.
Cuando el fenómeno culminó y el polvo se comenzó a disipar a los dos meses, los primeros objetos en ser visibles fueron las cimas de los volcanes del Tharsis Montes, una región volcánica que ocupa casi la cuarta parte del planeta rojo.
Así, uno de los primeros objetos en aparecer fue el Monte Olimpo (Olympus Mons, en latín), un imponente volcán que supera a cualquier montaña existente en la Tierra y, aún después de seis décadas de exploración espacial, es la más alta en todo el sistema solar
Fotografía del cráter central del Monte Olimpo tomada por la sonda Mariner 9 de la NASA. Foto: NASA / JPL
PUEDES VER: El contenido de los discos de oro que las sondas Voyager entregarán a los extraterrestres
Según la agencia espacial estadounidense, el Monte Olimpo tiene 25 kilómetros de altura, que en términos terrestres, sería 2,7 veces más grande que el Monte Everest, la montaña más alta del planeta azul. Su diámetro, por otro lado, mide 600 km., que sería un tamaño equivalente a Francia o Ecuador.
Tamaña dimensión, sumado a que la inclinación del volcán es de apenas de 5° sobre la superficie, hace que el volcán únicamente pueda ser visto desde el espacio.
Desde la superficie marciana la observación del Monte Olimpo sería casi imposible. Aun si te alejaras demasiado para apreciarlo, la curvatura del planeta — que es diez veces más pequeño que la Tierra— ya la habría ocultado en el horizonte.
La primera vez que Olympus Mons fue observado era 1877 y su descubridor, el astrónomo italiano Giovanni Schiaparrelli, la nombró Nix Olympica, que en latín significa Nieves del Olimpo.
El nombre aludía a la montaña de los dioses de la mitología griega porque, eventualmente, el planeta rojo lucía con una mancha brillante. Pero entonces la tecnología aún no era la adecuada para interpretar de qué se trataba en realidad.
Fotografía del Monte Olimpo, tomada a 13 kilómetros de distancia de la superficie de Marte por la sonda Hope. Foto: Agencia Espacial de los Emiratos Árabes Unidos
Con las primeras exploraciones cerca de Marte, recién se pudo esclarecer el misterio. Se trataban de nubes de dióxido de carbono que a veces envuelven la caldera central ubicado en la cima del volcán, la cual tiene 5 km de largo, 60 km de ancho y casi 3 km de profundidad.
El macizo se ubica en el noroeste de la meseta del Tharsis Montes y a su derecha inferior yacen otros tres volcanes marcianos masivos: Ascraeus Mons, Pavonis Mons y Arsia Mons.
En término geológicos, el Monte Olimpo es el volcán más joven de todos los existentes ya que se pudo haber formado durante los últimos 1.800 millones de años.
Olympus Mons es un volcán que nunca podría haberse formado en la Tierra.
Los expertos creen que el Tharsis Montes yace encima de un punto caliente o una superpluma mantélica, que son canales que conecta la capa del manto con la superficie y funciona como vías de escape para el magma.
Pero hay un detalle. En la Tierra, la corteza está compuesta por placas tectónicas inestables, así que la salida de escape de los puntos calientes va cambiando con el movimiento y el tiempo.
Olympus Mons es un volcán que nunca podría haberse formado en la Tierra. Foto: NASA / Jet Propulsion Laboratory
Por ejemplo, a lo largo de millones de años, el desplazamiento de la placa del Pacífico y la actividad volcánica originó el archipiélago de Hawaii. Este conjunto de nueves islas son más viejas a medida que se ubican más al oeste y más jóvenes hacia el este.
Sin embargo, como la corteza de Marte permanece relativamente inmóvil, cuando Olympus Mons estuvo activo y expulsaba lava hace dos millones de años, fue construyendo volcanes masivos uno sobre los otros. Por esa razón se cree que la mayoría de volcanes marcianos son tan altos, extensos y aplanados.