El fondo del océano Ártico es un ecosistema hostil para muchas especies debido a las bajas temperaturas y la gran extensión de hielo que obstaculiza el ingreso de luz. Sin embargo, un equipo de científicos ha descubierto que una gigantesca comunidad de esponjas sobrevive en este ambiente desde hace 300 años gracias a una macabra fuente de alimentación.
Este grupo de esponjas yace en el pico de un antiguo e inactivo volcán submarino en el Ártico llamado Langseth Ridge, a unos 500 y 600 metros de profundidad, donde la temperatura llega al punto de congelación. Además, son tan numerosas que abarcan en conjunto 15 kilómetros cuadrados en el lecho ártico y han crecido hasta alcanzar un metro de diámetro, como si viviesen en un hábitat cualquiera.
Ante la gran interrogante sobre cómo las esponjas han logrado sobrevivir sin calor, luz ni alimentos que sean arrastrados por las corrientes, el equipo decidió investigar el ecosistema mediante una red de cámaras y un ROV submarino. Sus hallazgos fueron descritos en un artículo publicado en Nature Communications.
Según los científicos, es poco probable que el festín de cadáveres se acabe pronto ya que el metabolismo de las esponjas es muy lento. Foto: Alfred Wegener Institut / PS101 AWI OFOS system 7 Antje Boetius
El equipo, liderado por Teresa Morganti, experta en esponjas del Instituto Max Planck de Microbiología, descubrió que debajo de los jardines de esponjas existe un inmenso cementerio de antiguos animales extintos.
Se tratan de gusanos tubícolas y bivalvos que se extinguieron junto al volcán hace casi 3.000 años y que son lentamente digeridos por las esponjas con la ayuda de bacterias simbióticas. La mayoría de ellas se cree que fueron del filo Chloroflexi, quienes degradaron los fósiles.
Los científicos creen que es poco probable que el festín de cadáveres se acabe pronto, ya que el metabolismo de las esponjas es muy lento debido a que son animales grandes que viven en un ambiente gélido.
Sin embargo, el cambio climático sí puede representar una amenaza para la supervivencia de esta especie única. Como su hogar se encuentra exactamente debajo de las capas de hielo, la descongelación más rápida y un clima más cálido puede generar que la comida se vuelva más abundante y otras especies marinas invadan.