Un equipo de científicos de la Universidad de Yale ha sugerido que los ciclones tropicales (el nombre científico que engloba a fenómenos como los huracanes y tifones) llegarán a lugares inusuales del planeta en este siglo XXI. Así, ciudades como Nueva York, Boston, Beijing y Tokio se podrán ver afectadas.
Según la investigación, publicada en Nature Geoscience, estos fenómenos migrarán hacia latitudes más al norte y el sur y así abarcarán un rango más amplio jamás visto en los últimos 3 millones de años del planeta.
Claros presagios de este cambio meteorológico, sostienen los autores, ya se pudieron ver reflejados en la tormenta subtropical Alpha (que tocó por primera vez tierra de Portugal en 2020) y el huracán Henri (que llegó hasta Connecticut en Estados Unidos el 2021).
Debido a las condiciones peligrosas, la compañía de electricidad en Rhode Island National Grid indicó que la gente debería esperar una recuperación de “larga duración”. Foto: AFP
El estudio se basó en observaciones satelitales, proyecciones meteorológicas y simulaciones de climas del pasado distante de la Tierra, en eones con climas cálidos como el Eoceno y el Plioceno. También consideraron la física fundamental que rige la convecciones de la atmósfera y los vientos del planeta.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) define a los ciclones tropicales como nubes y tormentas en movimiento giratorio que utilizan aire cálido y húmedo como combustible. Por ese motivo, solo se originan en el océano de latitudes cercanas al Ecuador.
Dependiendo de su océano de origen, los ciclones tropicales reciben el nombre de huracán (Atlántico y Pacífico oriental), tifones y ciclones (Pacífico occidental). Sin embargo, todos ellos comparten las mismas características.
Según los registros de ciclones tropicales, estos fenómenos son más intensos a medida que el calentamiento global se intensifica. Sin embargo, no existe un consenso científico sobre si el cambio de clima también aumentará el número de estos fenómenos, que suelen ser de 90 cada año aproximadamente.
“Hay grandes incertidumbres sobre cómo cambiarán los ciclones tropicales en el futuro”, dijo en un comunicado Alexey Fedorov, uno de los autores del estudio. “Sin embargo, múltiples líneas de evidencia indican que podríamos ver más ciclones tropicales en latitudes medias, incluso si la frecuencia total de ciclones tropicales no aumenta, lo que todavía se debate activamente”.
La investigación fue posible con subvenciones de la NASA, la NOAA y el proyecto ARCHANGE.