En cualquier parte de la Tierra, el tiempo avanza un poco más rápido para las personas que viven en los pisos altos de los edificios en comparación con los que habitan las plantas más bajas. Esto se debe a la dilatación gravitacional del tiempo, un fenómeno predicho por la teoría de la relatividad general (1915) de Albert Einstein.
Para entender este fenómeno, primero debemos saber que cada rincón del universo está formado por el espacio-tiempo. Este tejido invisible se curva o se ‘hunde’ a causa de los objetos con mucha masa, lo cual afecta a los demás objetos cercanos. Esta curvatura es la gravedad. Así es como el Sol nos tiene bailando a su alrededor. No podemos escapar de su gravedad.
Deformación del espacio tiempo generada por el Sol y la Tierra. Foto: diseño/ T. Pyle/Caltech/MIT/LIGO Lab.
Pero la gravedad no solo deforma el espacio, también el tiempo. Por ello, según la teoría de Einstein, cuanto más cerca está un individuo de la masa que produce gravedad, más lento transcurre el tiempo para él.
En el caso de la Tierra, la mayor cantidad de masa está en sus profundidades, en el manto y el núcleo. Por ende, la gravedad será menor a medida que nos alejemos de esta zona; es decir, mientras estemos a mayor altura sobre la superficie terrestre. Asimismo, el tiempo debería transcurrir más rápido.
Interior de la Tierra: superficie, manto, núcleo. Imagen: iStock.
Esta hipótesis resultó tan fascinante que varios físicos emprendieron la tarea de verificarla en una serie de experimentos.
En 2010, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE. UU. (NIST) midió la diferencia de la velocidad del tiempo entre un punto en la superficie y otro sobre una mesa a solo medio metro de alto. Usando relojes atómicos, detectaron que el tiempo en la parte de arriba avanzaba billonésimas de segundo más rápido que abajo.
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En 2020, científicos japoneses colocaron relojes de celosía ópticos —que usan láseres para mayor precisión— en la base y la cima del rascacielos Tokyo Skytree de 450 metros. Como era de esperarse, la diferencia de velocidad del tiempo entre ambos puntos fue mucho más notoria que la obtenida por sus predecesores.
Torre Tokyo Skytree, ubicada en el centro de la capital japonesa. Foto: gotokyo.org
Y en octubre de 2021, otro experimento logró lo impensado: midieron esta diferencia en la velocidad del tiempo entre dos puntos separados por un milímetro de altura.
A pesar de estas demostraciones, las personas que viven en los pisos altos de los edificios no notarán que el tiempo transcurre más rápido que cuando están abajo porque esta diferencia es ínfima, pero sin duda están viviendo a una velocidad distinta.