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Ciencia

Por qué los humanos no heredaron la cola de sus ancestros

Un equipo de investigadores ha identificado una mutación genética que podría haber erradicado las colas de nuestros ancestros hace 25 millones de años.

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El coxis es el extremo inferior de la columna que, según Darwin, evidencia que descendemos de primates con cola. Foto referencial: Healthline

Los estudios científicos sobre nuestros orígenes apuntan a que todos nuestros ancestros primates, que aparecieron hace más de 60 millones de años, poseían cola. Esta parte de su cuerpo les ayudó a mantenerse equilibrados mientras saltaban de rama en rama a través de la selva. Sin embargo, hace aproximadamente 25 millones de años, las colas ya habían desaparecido.

En el siglo XIX, Charles Darwin llegó a la conclusión de que todos los hominoides, (superfamilia de simios sin cola que incluye a los humanos, chimpancés, orangutanes, gorilas y otras especies) comparten una extensión de la columna vertebral que se extiende más allá de la pelvis: el coxis.

Esta estructura ósea, para Darwin, fue la prueba de que descendemos de primates con cola.

Ahora, un equipo de investigadores de Estados Unidos informa que ha identificado la mutación genética que pudo haber eliminado la cola de los humanos y los demás hominoides.

Dado que hay más de 30 genes involucrados en el desarrollo de colas en varias especies, Bo Xia, estudiante de posgrado en Biología de Células Madre en la Universidad de Nueva York y autor principal del nuevo estudio, supuso que nuestros antepasados perdieron la cola cuando ciertas mutaciones alteraron uno o más de estos fragmentos de ADN.

Para buscar esas mutaciones, comparó el ADN de seis especies de simios sin cola con nueve especies de monos con cola. Esto lo llevó al descubrimiento de una mutación compartida por simios y humanos, pero que faltaba en los monos.

Esta mutación afectaba una parte del gen llamado TBXT.

Los lémures, como la mayoría de primates vivos, tienen colas largas. Foto: Pixabay

Para averiguar si la mutación estuvo involucrada en la desaparición de nuestra cola, Xia y sus colegas manipularon genéticamente embriones de ratones para que tengan la misma mutación en el gen TBXT que los humanos.

Cuando estos embriones se terminaron de desarrollar, muchos nacieron sin cola, a otros solo les creció una cola diminuta.

La hipótesis del equipo es que esta mutación se produjo de forma aleatoria en un primate hace unos 25 millones, lo que provocó que le creciera una cola atrofiada o simplemente no desarrollara una. No obstante, el animal sin cola sobrevivió e incluso prosperó; por ende, transmitió la mutación a su descendencia hasta que esta modificación en el ADN se heredó en nuevas generaciones de simios y, por último, en la especie humana.

Sin embargo, según los autores, debe haber otros genes que mutaron más tarde, lo cual explicaría que todos los humanos desarrollen un coxis similar y no estructuras distintas como los ratones que modificaron.

Por último, aunque esta y futuras investigaciones nos ayuden a revelar el misterio de cómo desapareció la cola de nuestros ancestros, lo que aún desconcierta a los científicos es el porqué: si las colas les ayudaban a equilibrarse en las ramas de los árboles, ¿qué motivó este cambio?

“Es muy confuso por qué perdieron la cola”, dijo al New York Times Gabrielle Russo, morfóloga evolutiva de la Universidad de Stony Brook.

Según la selección natural, el pilar fundamental de la teoría de la evolución de Darwin, las especies mantienen los cambios que favorecen su supervivencia o les dan una ventaja para predominar sobre otras especies de su entorno.

“Esa es la siguiente pregunta pendiente: ¿cuál sería la ventaja?”, planteó Russo.