En una carrera sin precedentes por conseguir la vacuna que ponga fin a la pandemia de la COVID-19, la candidata de Pfizer/BioNTech ha dado un paso que la pone por delante: es la primera que ha sido aprobada para su aplicación en un país (Reino Unido) tras concluir su última fase de pruebas en humanos.
El preparado, desarrollado por la farmacéutica estadounidense y la biotecnológica alemana, se probó en más de 43.000 voluntarios de diversas regiones del planeta y ha logrado, hasta ahora, una eficacia del 95%.
En setiembre, el Gobierno peruano firmó un acuerdo con Pfizer y BioNTech para adquirir 9,9 millones de dosis (cada persona recibe 2 dosis) y recientemente se anunció que este mes llegarán las primeras 50.000 para probar el sistema logístico del país antes de la llegada del lote más grande en el primer trimestre de 2021.
Ante este panorama, necesitamos saber de qué está hecha y cómo funciona la primera vacuna que debería inmunizar a los peruanos contra esta enfermedad.
La mayoría de las vacunas se fabrican en base al virus debilitado, inactivado o partes del mismo, para imitar la infección y generar inmunidad. Sin embargo, la de Pfizer y BioNTech se basan en una molécula presente en todo ser vivo: ARN mensajero.
El ARN mensajero (ARNm) se produce en el núcleo celular para copiar nuestra información genética (ADN) y llevarla al citoplasma de la célula para que se fabriquen las proteínas que necesitamos.
Para elaborar una vacuna de este tipo contra el coronavirus responsable de la actual pandemia, el SARS-CoV-2, los científicos copian solo el gen de una proteína viral en moléculas de ARNm sintético.
Fuente: Nature, Pfizer/BioNTech.
Al ser inoculados en la persona, estos ARNm entran en las células y dan las instrucciones para que produzcan grandes cantidades de la proteína del virus, las cuales serán reconocidas por el sistema inmune y provocará la generación de anticuerpos y células de memoria. De esa manera, el cuerpo queda preparado ante una futura infección.
Fuente: Nature, Pfizer/BioNTech.
Dado que la vacuna de ARNm lleva solo información genética en vez del virus, no hay riesgo de que cause infecciones en personas con el sistema inmune debilitado, lo que sí podría pasar con la vacuna contra la varicela, la fiebre amarilla o el sarampión.
Las vacunas basadas en nuevas tecnologías como el ARNm sintético “son más controlables, predecibles, más seguras, más simples y fáciles de fabricar”, refiere Galit Alter, parte de un grupo de expertos consultados por la revista Nature Biotechnology.
“Producir la cepa correcta de un virus puede ser difícil y crear virus suficiente para miles de dosis puede llevar meses”, explica Pfizer en un comunicado.
“Dado que la producción de una vacuna de ARNm utiliza métodos artificiales, puede ofrecer un enfoque más flexible para patógenos que están evolucionando rápido y dar una respuesta más rápida a grandes brotes o pandemias”, añade la farmacéutica.
Tanto la vacuna de Pfizer/BioNTech como la de Moderna, que también se basa en ARNm, deben ser inoculadas en dos dosis por persona para garantizar una sólida respuesta inmune. A pesar de ello, el tiempo que durará la inmunidad aún es un enigma.
En el caso de Pfizer/BioNTech, sus ensayos clínicos de fase 3 comenzaron a finales de julio. Por tanto, se puede decir que esta vacuna garantiza al menos cuatro meses de inmunidad. Posiblemente dure más, de acuerdo con recientes estudios en personas recuperadas de la COVID-19.
“El ensayo continuará recopilando datos de eficacia y seguridad en los participantes durante dos años más”, anunció Pfizer en noviembre.
Por ahora, todo indica que esta vacuna va por buen camino.