Los científicos creen que debajo de la superficie helada de Europa, una de las 79 lunas de Júpiter con tamaños variados, hay un océano escondido que podría albergar algún tipo de vida. En estos momentos, el atractivo del satélite ha alcanzado su pico por otro motivo.
El físico Murthy S. Gudipati, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el Instituto de Tecnología de California (Estados Unidos), y un conjunto de investigadores proponen que la interacción entre la radiactividad del fuerte campo magnético de Júpiter y la superficie fría de Europa proyectan un resplandor en su parte oscura.
Todos los detalles se encuentran alojados en un estudio publicado en la revista Nature Astronomy.
“Estas partículas cargadas de alta energía, incluidos los electrones, interactúan con la superficie rica en hielo y sal, lo que da como resultado procesos físicos y químicos complejos”, se detalla en el resumen exhaustivo de dicho artículo.
Dibujo de Europa y Júpiter basada en imágenes enviadas por naves espaciales visitantes | Foto: NASA / JPL-Caltech
A la izquierda, imagen de Europa tomada por la Voyager 1 en 1979; al centro, foto de Europa a color captada por la Voyager 2; a la derecha, una composición de la nave Galileo en la década de los 90 | Foto: NASA
En la próxima década (2023-2025), la nave espacial Europa Clipper de la NASA pasará 45 veces cerca a la mencionada luna del gigante gaseoso, además de Io, Calisto y Ganimedes. Luego, enviará los datos a la Tierra.
Según la web de la NASA, el dispositivo explorador medirá 6 metros de altura, tendrá paneles solares extendidos a 22 metros de punta a punta y la carga útil incluirá cámaras, un radar que penetrará el hielo en búsqueda de agua y espectrómetros.
“Estimamos que la cámara gran angular Europa Clipper podría registrar entre 500 y 280.000 recuentos por segundo a través de diferentes filtros de color, dependiendo de la composición química de la superficie de Europa”, adelantan los científicos.
Con el objetivo de nutrir a las hipótesis, el grupo de astrónomos simuló las condiciones a través de un experimento. Enfriaron núcleos de hielo de agua en tubos de aluminio a -173,15 °C y dispararon pulsos de radiación de electrones.
Gracias a un experimento de laboratorio, aquí se predice el resplandor del núcleo de hielo | Foto: Gudipati et al. / Nature Astronomy
Efectivamente, el hielo despidió un espectro brillante cuya intensidad dependía de los químicos inmersos en el agua: la epsomita (mineral) tuvo resultados positivos, mientras el cloruro de sodio y carbonato disminuía el resplandor.
Los investigadores destacan la importancia de la rica geología superficial y la diversidad de Europa, llamada así en honor a la madre del rey Minos de Creta (mitología griega). De poseer un fulgor característico, explican, estarían permitidos de estudiar a la luna de forma mucho más precisa y compartir las “vistas nocturnas únicas”. “Puede ser muy singular y diferente a cualquier otro fenómeno de nuestro sistema solar”, expresan.
Murthy Gudipati, autor principal del estudio, cree que existen posibilidades de descubrir un entorno habitable en las periferias de Júpiter. El optimismo nunca se pierde.