Casi cinco millones de personas se han recuperado del nuevo coronavirus en el mundo, considerada una de las pocas noticias positivas de la pandemia. Sin embargo, en Israel han descubierto que este grupo de personas sufre daños físicos, cognitivos y psiquiátricos debilitantes a largo plazo.
En una investigación del canal 12 israelí se apuntó que los pacientes padecen dolores fantasmas, pérdida de memoria, cambios de personalidad, problemas psicológicos y fatiga extrema, junto con pulmones que no sanan, incluso meses después de ser dados de alta.
Son secuelas registradas incluso en personas que solo presentaron síntomas leves de COVID-19. Para Itzik Levy, experto en enfermedades infecciosas del Centro Médico Sheba en Tel Aviv, se trata de problemas causados por los efectos del virus SARS-CoV-2 en el cerebro.
En Israel, que ha sido destacado por su gestión de la pandemia, han confirmado 21.082 casos y 307 muertos por COVID-19. Foto: EFE
“Sabemos que el coronavirus causa interrupciones en los vasos sanguíneos y en la coagulación, por lo que puede causar un trauma cerebral, incluso formas leves, que ni siquiera verá en una exploración, que no se mostrará como un derrame cerebral o algo así”, dijo.
El doctor Levy añadió que “puede manifestarse como trastornos cognitivos, o en algunos casos como cambios en la personalidad”. Como le sucedió a Afik Suissa, de 24 años, uno de los pacientes más jóvenes de Israel en ser hospitalizado y ventilado en un estado grave.
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Suissa, quien era un jugador de baloncesto saludable, confesó haber sentido un cambio de personalidad. "Tengo menos paciencia con la gente", declaró, antes de añadir que se altera con una frecuencia inusitada. "Levanto la voz por cosas que no son legítimas, tonterías".
También presentó dolores fantasma, una molestia que se siente como si proviniera de una parte del cuerpo que ya no está allí, tras ser amputada. “El nervio de mi pie está enviando mensajes de dolor al cerebro, me hace cojear porque siento que hay una herida allí”, aunque no tiene lesión en esa zona.
Maizie Avihayil, de 63 años, fue una de las primeras personas en Israel a la que se le diagnosticó el coronavirus. Abandonó el hospital hace más de dos meses pero ahora padece problemas para hablar.
"No puedo decir ciertas palabras. Intentaré decir algo, sé qué palabra quiero decir, pero no puedo", expresó Avihayil.
Por lo general los pacientes de neumonía recobran su salud rápidamente, pero ahora los expertos enfrentan una enfermedad (COVID-19) de la cual “no tenemos ni idea de cómo se comporta”, admitió Amir Onn, jefe del Departamento de Pulmonología del Centro Médico de Sheb.
El doctor opinó que las personas contagiadas “están atascadas en una situación en la que no pueden hacer lo que antes podían”.
“No sabemos realmente si es reversible o no, o cuánto tiempo durará”, afirmó Levy citado por el medio local The Times of Israel.