Vendedora latina sufrió infarto durante redada del ICE en Los Ángeles y ahora teme volver a salir: “No me quiero morir”
Una vendedora latina sufrió un infarto tras ser rodeada por agentes del ICE en plena calle de Los Ángeles, California, Estados Unidos. Ahora teme salir de casa y no puede volver a trabajar por el trauma que vivió.
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Matilde apenas había vendido unos cuantos tamales cuando vio llegar a varios agentes del ICE. No estaba sola: otras vendedoras también trabajaban esa mañana en una calle concurrida del sur de Los Ángeles, Estados Unidos. Pero a ella, el miedo la paralizó y terminó por caer al suelo “Yo le decía a mi virgen que yo no me quería morir. No me quiero morir, madre mía, dame otra oportunidad para vivir” explicó en una entrevista para Telemundo.
El operativo migratorio fue tan repentino que nadie entendía qué estaba pasando. Algunos vecinos gritaban, otros filmaban con sus teléfonos. Mientras tanto, Matilde se debatía entre la vida y la muerte sin que nadie la auxiliara de inmediato. La ambulancia llegó a los pocos minutos, pero su vida ya había dado un vuelco irreversible.

Matilde fue captada al desplomarse por sufrir un infarto tras intervención del ICE en su puesto de tamales. Foto: El Tiempo
El susto le provocó el infarto de Matilde en plena vía pública en Los Ángeles
Matilde tiene más de 50 años, es diabética e hipertensa, pero nunca había sentido algo parecido. La imagen de los agentes federales acercándose con rapidez la desbordó. "No puedo respirar, no puedo respirar”, repitió con dificultad antes de desplomarse. Fue trasladada al hospital, donde los médicos confirmaron lo que temía: había sufrido un infarto.
Pasó varios días internada, con estudios, calmantes y un procedimiento de emergencia para abrirle las arterias. Los doctores le explicaron que la crisis se había desatado por un pico de estrés extremo. Desde entonces, lleva consigo una pastilla que debe colocarse bajo la lengua si vuelve a sentir presión en el pecho. "Si no funciona, debo llamar al 911", dice con resignación.
La afectación psicológica de la intervención del ICE para Matilde
El carrito donde vendía sus tamales sigue intacto , no lo ha tocado desde aquella mañana. El miedo no la deja dormir bien, ni mucho menos salir a la calle. A pesar de que los agentes no se la llevaron, el trauma de haber estado tan cerca de ser detenida, y de haber sentido que su cuerpo colapsaba sin ayuda, fue suficiente para cambiarle la vida.
"Quedé traumada", admite. "Tengo pesadillas, no quiero ni salir a la calle". Sus hijos, que también son inmigrantes, tratan de calmarla, pero ella sabe que lo vivido no se borra con palabras. No denuncia ni busca cámaras. Solo quiere sentirse segura, aunque eso implique quedarse encerrada en su casa.























