Acaba de publicar Missing, libro de investigación familiar. Artículo que publicó en Etiqueta negra se convirtió en un texto que va tras un familiar desaparecido. Editado de La Tercera La historia del último libro de Alberto Fuguet, Missing, como proyecto de escritura, empezó en la revista Etiqueta negra, en la edición de abril del 2003. El escritor chileno publicó una crónica con el título “Se busca tío”. Según recuerda en una crónica La Tercera de Chile, era la primera vez que el autor de Mala onda hacía referencia con nombres y apellidos sobre su tío perdido: Carlos Fuguet. Esa crónica fue génesis del libro que Alfaguara acaba de publicar en Chile. El libro narra la historia de Carlos Fuguet, tío preferido de Alberto. En los años setenta, cuando el escritor todavía era un niño y vivía en EEUU, el tío Carlos solía llegar a su casa manejando un mustang, escuchando a Jimi Hendrix. Como anota el diario santiaguino, olía marihuana y en onda hippie y tocaba bongó en noches insondables. Llevaba una vida entre accidentada y aventurera, tanto que su padre estaba harto de él y le pidió, literalmente, en marzo de 1986, que se fuera para siempre. El tío Carlos, refiere el diario, había sido chileno, luego estadounidense, militar en suelo norteamericano en la Guerra de Vietman, estafador, había estado preso. Todo un problema. “Deja de molestarnos, deja de existir. Solo me has traído problemas. No queremos verte nunca más. No me interesa que seas hijo mío”, le dijo su papá la última vez que lo vio. Meses después de esta “despedida”, el padre murió y cuando intentaron comunicarse con él, no lo encontraron. Había desaparecido para siempre. Años después, la suerte de Carlos se convirtió en una suerte de leitmotiv de sus trabajos. El diario anota que el tío aparece en el cuento “No hay nadie allá afuera”, de Sobredosis; en el guión de la película Dos hermanos; en la novela Las películas de mi vida, y en la frustrada cinta Perdido. Después de la publicación de Etiqueta..., Alberto Fuguet tomó una decisión: buscar al tío. “Era más que una crónica. Y era más que un libro”, anota en Missing: “Yo debía salir a buscar a Carlos. Salir a terreno y empezar a golpear puertas”. Había corrido 16 años de desaparecido. Rostro del perdido Carlos Fuguet nació en Chile, en 1945. En 1964, obligado por su padre, abandonó los estudios de filosofía y su simpatía por la Juventud Comunista. Llegó a los Ángeles, trabajó en un hotel, ahorró dólares y se compró un auto. En 1965, cuando EEUU estaba en guerra con Vietnam, lo llamaron, pero nunca salió de Norteamérica. En noches luminosas de alcohol y droga, conoció a una muchacha, Suzette, de 17 años y se casó con ella. Pero engañado, se divorció y conoció a su segunda mujer, Bárbara, que era adinerada. Bebían, se drogaban, gastaban. Aprendió a tocar bongó y se hizo hippie. Pero aún así, estudió contabilidad. En 1975 se nacionalizó norteamericano. Trabajó como administrador de una empresa a la que le robó 10 mil dólares, dinero que gastó en joya, ropa y droga. Fue apresado. Cuando salió de la cárcel, volvió a las mismas. Estafó. Se compró un Cadillac con un cheque sin fondos de 17 mil dólares. En 1979 volvió a la cárcel, para salir dos años después. Heridas en la familia Según la crónica chilena, para Alberto Fuguet escribir este libro años atrás habría sido difícil. Tenía en su contra todo el dolor sentimental de la familia. Escribir sobre el tío Carlos era tocar fibras íntimas, remover el pasado. Pero el tiempo suele cerrar heridas de modo que, cuando el escritor decidió salir a buscarlo, en el 2003, su padre, que al principio se mostró conflictivo, terminó siendo su cómplice. El tiempo había restañado las heridas. A Fuguet ya le había pasado. El escritor ha contado que cuando su abuelo materno leyó la primera página de Mala onda, pidió que de inmediato se llevaran ese libro de su vista. Para él, era un novela ‘corrupta y degenerada’, cuenta hoy el escritor. “Herí a mi familia durante un tiempo. Pero todos nos fuimos calmando, madurando. Tal como hay familias que tienen que vivir con un niño enfermo o con problemas mentales, la familia de un escritor tiene que entender lo que es tener un escritor en la familia”, cita al escritor chileno La Tercera. Por eso Missing no es una ficción, sino –ha dicho Fuguet– “un libro de investigación”. Datos Extraviado. El tío Carlos Fuguet desapareció en Estados Unidos en marzo de 1986. Alberto lo empezó a buscar 16 años después. Lanzamiento. Missing ha sido lanzado en la Feria de Libro de Santiago de Chile. En noviembre próximo la obra estará en Lima. “Aquí pido perdón por pendejo” Missing no solo es cosecha literaria. Es un libro personal en muchos aspectos. No solo porque Alberto Fuguet con él desentraña un tanto a su familia, sino también porque en tanto va en busca de Carlos, se da de bruces con la realidad de inmigrante en Estados Unidos. “Creo que Missing es antiamericana y antisueño americano. La inmigración no siempre funciona. Para muchos es una pesadilla”, ha dicho el escritor chileno. No hay rencor ni odios. “Pero esto no es una traición, no es un ajuste de cuentas, esto es un homenaje a mi familia”, precisa el escritor. “Antes, fui irresponsable porque tiré cosas sin aviso. Quizás dañé mucho a mi familia, ya no la puedo dañar más. Este libro no es sobre el daño. Aquí pido perdón por haber sido un pendejo”, ha dicho Fuguet.