Así eran. Nadie sabe por qué estos jóvenes cambiaron. Sus amigos están consternados. Allegados dieron detalles de la vida de los dos jóvenes que participaron en el sonado crimen de la abogada. Todos señalaron que eran “buenas personas”. Luis Neyra O. Simpáticos, inteligentes y atentos. Estas son algunas cualidades que muchos de sus amigos vieron en Fernando González Asenjo y Jorge Cornejo Ruiz, los asesinos de la abogada tributarista Elizabeth Vásquez. Esas características los mostraban como unos sujetos agradables, casi perfectos. Al menos así lo recuerdan sus amigos, quienes no se explican ahora cómo ambos muchachos llegaron a parar tras las rejas cuando lo tenían todo en la vida. Carolina, una amiga cercana a Fernando González, reveló a La República detalles desconocidos de este joven que lo pintaban como una persona angelical, amigo de las fiestas y del buen vivir. Iba a una iglesia evangélica Recordó que hace más de un año, “Fer” y su novia Elizabeth asistían con ella a la iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, ubicada en San Isidro, y que ambos no daban señales de querer hacerle el mal a alguien. “(Fernando) Siempre se mostraba alegre y respetuoso, y es por eso que a sus amigos nos cuesta creer que haya asesinado a la mamá de su novia”, indicó. Asimismo dijo que era muy “sensible” con la vida de los animales a tal punto de haber dejado los estudios de veterinaria para no sentir pena por los animales enfermos. “Esta es la historia que nos contó a su grupo de amigos y la verdad es que ahora no lo creemos”, afirmó Carolina, y agregó que una de las frustraciones que agobiaban a Fernando era la mala relación que sostenía con su padre y que este, quien se encontraba en los Estados Unidos, le enviaba dinero con el fin de congraciarse con su hijo. “Fernando González siempre tenía dinero, iba a las mejores fiestas y se vestía muy bien”, señaló su amigo Ronald. Un cómplice muy amable El cómplice Jorge Cornejo también se mostraba como una persona educada, según los vecinos de Los Rosales, en Surco. “Siempre me saludaba con un beso y preguntaba por la salud de mi familia y de mi hijo”, expresó Claudia, la encargada de un puesto de internet en la calle Doña Rosa. “Esa amabilidad que Jorge mostraba lo hacía buen chico (...). Nunca tuvo problemas policiales ni estaba metido en drogas, pero la ambición lo llevó a ese extremo y sin necesitarlo, pues tenía una buena vida, linda casa y el amor de sus cuatro hermanos”, dijo su amigo David. Contactaron a Cornejo el mismo día del crimen Fuentes de la Fiscalía informaron que Elizabeth Espino y su pareja Fernando González llamaron por teléfono celular a Jorge Cornejo el mismo día en que se iba a cometer el asesinato. En su declaración, Jorge dijo que Fernando y Elizabeth le ofrecieron dinero (unos 10 mil dólares) para que los ayudara a asesinar a la mamá de esta última, la abogada tributarista Elizabeth Vásquez. Pactado el trato, tanto Jorge como Fernando se escondieron en la habitación de la víctima y cuando esta llegó la atacaron. Fernando –añaden las fuentes judiciales– la golpeó hasta matarla. Jorge pasó desapercibido en el crimen hasta el día de su detención. Lo delató la cámara de seguridad que lo grabó junto a González en el momento en que dejaban el cuerpo de la abogada en su propia camioneta en una calle de Barranco.