Sociedad

Colombianos y venezolanos en guerra por el dominio del ‘gota a gota’

Negocio criminal. Según la Policía, hay una pugna entre mafias que controlan el negocio del préstamo extorsivo en Lima y regiones. Un total de 63 criminales han sido detenidos en lo que va del año.

Cobranza. Los ‘gota a gota’ suelen realizar préstamos con intereses que fluctúan entre el 20% y el 60%. Los cobros se realizan a diario o semanalmente. Foto: difusión
Cobranza. Los ‘gota a gota’ suelen realizar préstamos con intereses que fluctúan entre el 20% y el 60%. Los cobros se realizan a diario o semanalmente. Foto: difusión

Con el fin de solucionar sus urgencias económicas que tenía en una clínica, Rodrigo buscó a un amigo para que le prestara dinero. El amigo le recomendó ir donde un pagadiario que entregaba dinero en cuestión de minutos y sin muchos trámites. Lo que en un momento fue un alivio, se volvió un martirio para Rodrigo. Los altos intereses y los métodos de cobro le hicieron temer por sus bienes y su vida.

Casos como el de Rodrigo se han convertido en una pesadilla en muchas ciudades del país en donde, según la Policía, la modalidad del ‘gota a gota’ o ‘pagadiario’ golpea con más fuerza a la población vulnerable y aumenta las ganancias de grupos criminales. En lo que va del año, la Policía detuvo a 63 personas, en su mayoría colombianos y venezolanos, que se dedican a los préstamos extorsivos.

Las tasas van desde el 10% hasta el 60% mensual en algunos casos. Quien toma un préstamo por S/1.000 al 20%, termina pagando S/1.200 en 30 días con cuotas diarias de 40 soles. En el papel no suena muy lucrativo, pero en la realidad son centenares de cobros los que se realizan a diario, dejando amplias ganancias a quienes están detrás de estas redes.

Crimen. Colombiano Luis Rincón Holguín fue asesinado por sicarios en San Juan de Miraflores. Foto: difusión

Crimen. Colombiano Luis Rincón Holguín fue asesinado por sicarios en San Juan de Miraflores. Foto: difusión

“Esta modalidad de crédito al margen de la ley (nacida en Medellín en los 90’) es ofrecida por colombianos y ahora también por venezolanos a personas que por distintas razones no pueden acceder a un crédito formal o están desinteresadas en ingresar al sistema financiero, por lo que esta clase de préstamos termina siendo su única oportunidad de resolver una urgencia económica”, dice el exjefe de la Policía Antisecuestros coronel (r ) Jorge Mejía.

Por lo general, son créditos de bajo monto, no requieren garantías y en ocasiones solicitan un codeudor que respalde la obligación.

Además, no son vigilados por ninguna entidad y los plazos de pago en la mayoría de los casos son diarios o semanales.

Y en caso de retraso, los acreedores se tornan muy violentos, pueden llegar a intimidar a los deudores por teléfono o personalmente, causarle daños físicos a la propiedad o incluso la muerte.

Guerra entre mafias

Los abusos de parte de estos criminales generan efectos psicológicos ligados a la fuerte presión que tienen las personas para realizar el pago puntual, llevándolas a pedir más préstamos para aliviar el primero y pagar mucho más de lo que recibieron inicialmente.

Amenazas. Si no pagan puntual, amedrentan a sus víctimas. Foto: difusión

Amenazas. Si no pagan puntual, amedrentan a sus víctimas. Foto: difusión

Estas mafias colocan avisos en postes, paredes, veredas y en mercados. También entregan tarjetas y volantes que ofrecen “dinero al toque”.

Hoy existe una pugna por este lucrativo negocio entre colombianos y venezolanos. Se enfrentan por la supremacía”, dice el coronel Víctor Revoredo, jefe de la División de Homicidios de la Dirincri.

El 23 de mayo del año pasado, asesinaron al colombiano Luis Rincón Holguín (24), en San Juan de Miraflores. “Todos los gotas deben alinearse”, decía el cartel que dejaron al lado del cadáver. La tarde del 3 de noviembre victimaron en Mala a Kevin Naranjo, Andrés Naranjo y Alexander Arroyave, también colombianos. “Esto es para que todos los gotas respeten el sistema. Atte: Los Gallegos”, fue el mensaje que dejaron al lado de uno de los cuerpos.

Los ‘gota a gota’ también están desarrollando una nueva modalidad. Depositan dinero sin el consentimiento de la persona y luego el agraviado y sus contactos son extorsionados para pagar las cuotas diarias.

Me dijeron que me daban un préstamo de S/5.000 y que tenía que descargar una app. Me fui al PlayStore y descargué el aplicativo Viva Crédito. Te dicen que vas a pagar en 91 días y con cuotas bajísimas. Me salió que solo me daban S/275, pero yo tenía que devolver en siete días casi S/600”, dijo una joven.

“El ‘gota a gota’ hay que tratarlo como lo que es: un modelo ilícito cuyo dinero, en ocasiones, proviene de actividades ilegales, y que por lo tanto genera una problemática social. Además de eso, le quita recursos al Estado porque no pagan impuestos”, comentó el jefe de la Dirincri, general Óscar Arriola.

Cinco claves para evitar el 'gota a gota'

1. Préstamos instantáneos: ofrecen préstamos sin garantía y sin más trámite que presentar el DNI.

2. Tasa de interés: la tasa es del 20%, 30% o 40% de interés al mes. Esto casi llega a 800% en promedio a los seis meses, porcentaje 20 veces mayor al promedio que cobraría una entidad financiera formal por un crédito de consumo.

3. Frecuencia de pago: esta modalidad ofrece pagos diarios, semanales y quincenales, cuyas cuotas puede implicar riesgos si no se realiza el respectivo pago.

4. Publicidad engañosa: los estafadores atrapan a sus víctimas al utilizar afiches atractivos, por ejemplo: en varias ocasiones se pueden apreciar afiches pegados en el suelo con las siguientes frases: “Te presto 1.000 a 12 cuotas de 100”. con el único requisito de contar con una tarjeta de crédito.

5. Métodos de cobranza: en el caso de atrasos en los pagos, empiezan las intimidaciones por teléfono o personalmente. Pueden llegar hasta los abusos físicos, daños a la propiedad y hasta tener consecuencias fatales.

Periodista profesional, egresado de la Escuela de Periodismo Jaime Bausate y Meza. Me gusta explicar, enseñar, compartir. A lo largo de mi carrera he cubierto casos resonantes que nos ha tenido más horas en la computadora que lo habitual, siempre aferrado a un estilo, que combina datos, análisis, entrevistas, crónicas.