Sociedad

Madres y niños se plantan en frontera con Chile y piden pase humanitario

Protesta. Mujeres afirman que desean regresar a sus países de origen. El último martes extranjeros bloquearon pase Tacna-Arica y se enfrentaron a policías peruanos. 

Enfrentamiento. Extranjeros que pretenden ingresar a Perú para seguir camino a sus paises de origen, ayer tuvieron una gresca con la policía. Foto: La República
Enfrentamiento. Extranjeros que pretenden ingresar a Perú para seguir camino a sus paises de origen, ayer tuvieron una gresca con la policía. Foto: La República

Tacna. La crisis migratoria en la frontera Perú-Chile llegó el último martes al límite de la violencia, cuando cerca de cien ciudadanos extranjeros bloquearon la carretera Tacna-Arica y se enfrentaron a policías peruanos a golpes, reclamando el ingreso a territorio peruano. En medio de la pelea, un grupo de madres se sentó en la pista junto a sus hijos menores, pidiendo un pase humanitario para ellas y sus niños.

Hace diez días distintos grupos de extranjeros, entre venezolanos, haitianos y colombianos; llegan al límite de la frontera entre Perú y Chile con la intención de retornar a sus países. Señalan que el desempleo y el alto costo de la vivienda en Chile los motiva a retornar a sus paises de origen. La Policía Nacional del Perú impide el paso de los migrantes por carecer, la mayoría de ellos, de visa y pasaporte (en caso de los venezolanos).

La pelea en la frontera ocurrió antes de las 7:30 horas. Se inició cuando dos varones agredieron a policías peruanos, y estos los trataron de reprimir a varazos. Fue entonces cuando otros migrantes se sumaron a la pelea, incluso adolescentes. En la misma vía, un grupo de madres era rodeada por los policías mientras sus niños lloraban.

Isis Velez (30), una madre de familia que se sumó al bloqueo, explicó que al sentarse con sus niños en la pista solo trataron de llamar la atención de las autoridades peruanas y chilenas, pidiendo por los derechos de sus hijos. Varios de esos menores durmieron en el desierto en carpas improvisadas en la tierra, al lado de desechos dejados por migrantes que estuvieron allí antes, sin agua potable y soportando el frío y viento.

Ella asegura que la pelea se inició a causa de que un policía trató de retirar a una madre a la fuerza, fue cuando el esposo de esta mujer se fue contra un policía. "Fue una reacción natural de defender a su familia. Llevo una noche aquí con mi niño de 5 años y otros menores asmáticos, niños operados, todo tipo de casos. Pedimos un pase humanitario para volver a Venezuela", dijo Isis Velez.
Cerca del mediodía representantes de Migraciones se acercaron a los extranjeros en la carretera y atendieron a cada uno, revisando si contaban con los documentos necesarios para ingresar a Perú. La mayoría no lo hacía, los que más posibilidades de ingresar tenían eran los ciudadanos haitianos quienes no necesitan visa para ello y pueden hacerlo presentando sus pasaportes y carnet de residencia en Chile.

Los caribineros chilenos también están en la zona de forma permanente debido a que los migrantes están aún en su territorio. La Organización Internacional para la Migración (OIM) continúa llevando ayuda a los grupos que llegan a la frontera.

Desde el 17 al 21 de abril la OIM entregó 207 kits de alimentos, 60 litros de agua a madres, gestantes, niños y adultos mayores. Asistieron a 262 personas en condiciones de vulnerabilidad. El responsable de la Comisaría La Concordia, Capitán Artemio Centty Valdivia, declaró en anteriores entrevistas que cada día llegan a la frontera alrededor de cien migrantes, algunos permanecen ahí por algunos días y otros se retiran.

Autoridades chilenas y peruanas

El gobernador regional de Tacna, Luis Torres Robledo, declaró que no está de acuerdo en que el Perú sea el responsable de abrir un corredor humanitario para los migrantes en la frontera. El corredor fue una propuesta del alcalde de Arica (Chile), Gerardo Espíndola, quien consideró que esa es la solución más viable y alejada de los extremos (uso de la represión y violencia). Para Torres es Chile quien tiene que asumir la responsabilidad de los migrantes que aún están en su territorio y usar sus propios recursos para trasladar a los extranjeros a sus países de origen.