Crisis en Chaclacayo: un recorrido desde lo más alto de la ciudad luego de 3 días de huaicos
Viviendas, pistas, tuberías y desagües quedaron destruidos. Este es el hostil panorama que dejó el pase del tercer alud en el distrito.
Por: Vanessa Sandoval / URPI - LR
Desde el epicentro de la tragedia. La activación de la quebrada Huascarán trajo consigo devastadores efectos en las vías principales de Chaclacayo. En este contexto, un tercer alud que pasó por la calle Los Guacamayos, a la altura del km 23 de la Carretera Central, ocasionó un forado de hasta ocho metros de profundidad.
Tras este escenario, La República fue en busca de la zona más alta, aquel lugar donde la quebrada Cementerio abriría su paso ocasionando los estragos más grandes de la capital en cuanto a caminos.
Los residentes de Chaclacayo se encuentran preocupados tras los daños ocasionados en sus viviendas y calles. Foto: Vanessa Sandoval / URPI - LR
Son las 2.48 de la tarde del pasado jueves 16 de marzo. La quebrada se activa recorriendo un cauce de más de 5 km de largo. Este fatídico sendero lleva enormes rocas y lodo que bajan a gran velocidad. No hay marcha atrás. Minutos después, la fuerza de la naturaleza hace su ingreso a las calles de la ciudad.
"Ha removido toda la pista y, en estos momentos, esta calle no tiene agua. Se ha llevado el alcantarillado, las tuberías… Estamos pasando por un momento difícil", sostiene uno de los propietarios de las viviendas más cercanas al origen del huaico.
Efectivamente, la humedad que trajo el alud no solo carcomió el asfalto de la pista, sino también propició el colapso de las tuberías de agua que abastecen a toda la zona. Sin embargo, lo más grave sería la destrucción de los desagües.
"Preocupados estamos ahorita porque ¿en dónde vamos a hacer nuestras necesidades? ¡Dónde, dónde, dónde!, ¿cómo?", sostiene una de las vecinas más afectadas de Huascarán.
La destrucción de los desagües fue una de las consecuencias más graves para esta zona de Chaclacayo. Foto: Vanessa Sandoval / URPI - LR
Siguiendo el recorrido del huaico, el dron capta un socavón de hasta ocho metros de profundidad. Se observa, además, que viviendas de cinco pisos quedaron al filo de los forados. Un desplome podría ocurrir en cualquier momento.
Al finalizar este camino de destrucción, padres, madres y niños muestran en sus miradas el terror que experimentaron aquella trágica tarde de lodo. Una situación que será muy difícil de olvidar.