Sociedad

La última misión del médico Marco Antonio Samillan

En Puno. Internista de 31 años salió a las calles de Juliaca para auxiliar a los heridos que dejaron las protestas. Quería ser neurocirujano y construir un hospital para atender a la población, pero un disparo apagó sus sueños. Su familia pide justicia.

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El médico internista Marco Antonio Samillan Sanga murió mientras intentaba salvar la vida de muchos de los heridos que dejaron las protestas en Juliaca, Puno. Junto con otros médicos y enfermeras, se organizaron y decidieron salir a las calles de la ciudad para auxiliar a la población que requería atención.

El aún estudiante de 31 años llevaba una manta blanca, que tenía el símbolo de la cruz roja, cuando recibió un disparo en el tórax, cerca del corazón, cuenta su hermana menor, Milagros Samillan.

El disparo que vino del lado de los policías, a plena luz del día, apagó los sueños de Marco.

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El joven profesional había estudiado Biología, pero, por vocación, decidió ingresar a la carrera de Medicina en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno (UNAP), y ya estaba cerca de culminarla, señala Víctor Villar, profesor y presidente de la Federación Médica de Puno.

En el 2022 compartieron casi cuatro meses juntos durante la rotación en el área de Ginecología. ‘’Estaba muy comprometido con su labor, había estado sensibilizado por los problemas de salud de nuestra región’', recuerda Villar.

Precisamente, Milagros refiere que su hermano quería convertirse en neurocirujano y ayudar a la población. ‘’Ese siempre fue su sueño: poder construir un hospital para que las personas de bajos recursos económicos puedan curarse, puedan atenderse’', dijo a los periodistas que la escuchaban. Incluso quería especializarse en otro lugar y después regresar a Juliaca a trabajar por su gente.

Pero, mientras llegaba ese día, Samillan Sanga hacía su internado en el hospital Carlos Monge Medrano, que fue el mismo sitio a donde trasladaron su cuerpo sin vida el último lunes. En la puerta del establecimiento de salud intentaron reanimarlo, pero ya era muy tarde, relata Milagros.

Hasta el lunes eran ocho hermanos y ahora quedan siete. “La familia aún sigue en shock. No pueden creer que Marco Antonio ya no esté con nosotros”, señala la joven.

El médico Víctor Villar recuerda que recientemente habían perdido a su madre.

Dedicado a servir

Durante la rotación en Ginecología, Samillan Sanga era el compañero que animaba a los demás, recuerda Villar. ‘’La formación médica tiene una serie de sinsabores, y a veces muchos jóvenes deciden abandonar o tienen algunos problemas y eso los desmotiva, pero Marco Samillan era uno de los que más hacía para que pudieran sentirse bien y lograr el objetivo de ser médicos, a fin de servir a nuestra región Puno y al país’'.

Agrega que, por la gran sensibilidad humana que tenía, acudió a las calles a auxiliar a las personas heridas en las protestas. “¿Quién iba a pensar que sucedería lo que ha pasado?”, lamenta Villar.

Varios amigos de Marco Antonio también se pronunciaron sobre la enseñanza que deja. Ellos recordaron los momentos que pasaron juntos mientras lamentaban su muerte. “Qué tristeza más inmensa me da saber que hubieras continuado salvando vidas y no que te la quiten a ti. Eres un héroe, un gran héroe médico”, sostuvo Liz, una de sus compañeras de estudios.

Otra de sus colegas, Estefani Salcedo, contó en sus redes sociales que conoció a Marco en la universidad. Señala que le tomó pocos días descubrir la calidad de persona que era.

“Quería que fueras mi amigo y así fue (…). Recuerdo que siempre tenía miedo por equivocarme en algún rote y ganarme un grito, pero siempre estabas para mirarme y decirme que no debemos ser cobardes, que estamos aprendiendo y, si nos equivocamos, aprenderemos de ello también, y así me devolvías la calma”.

El joven internista había animado a otros a hacer un viaje entre amigos, pero lo ocurrido el lunes truncó esos planes.

“Fuiste la fortaleza de nuestro grupo y vas a seguir siéndolo. Hoy perdí a uno de mis mejores amigos, a un hermano, pero gané una motivación más para hacer las cosas bien”, añadió Estefani.

Marco Antonio es descrito por varios amigos y compañeros como una persona que siempre ayudaba a los demás. Honesto, cálido, brillante, gran profesional y leal son solo algunos de los adjetivos que se pueden leer sobre el joven, a quien le robaron la vida haciendo lo que más amaba: ayudar.

Piden justicia

La hermana mayor de Marco demanda justicia. ‘’Han matado a un profesional. Él tenía todo un futuro. Él hubiera podido salvar 1.000 vidas más, pero lo han asesinado. Yo pido que se haga justicia’', dijo Milagros fuera del hospital donde Marco Antonio pasó los últimos momentos de su vida. Allí también estuvieron presentes el padre de los hermanos y una tía de ellos, quienes sostenían carteles pidiendo apoyo para el “médico héroe” que falleció.

Entre lágrimas, Milagros dice que quisiera que lo sucedido fuera un mal sueño y despertar de él. Desea ver a su hermano con vida y con la misma sonrisa de siempre. Todavía no puede creer lo ocurrido.

UNAP lamenta muerte de estudiante

La Universidad Nacional del Altiplano de Puno emitió un comunicado en el que lamenta la muerte de Marco Antonio Samillan. Señala que el estudiante se encontraba en el undécimo ciclo de Medicina. “Nuestra institución expresa sus sentidas condolencias a sus familiares por tan irreparable pérdida”.

El mismo lunes, alumnos de distintas facultades de la UNAP expresaron sus condolencias. A ellos se sumaron la Federación Peruana de Estudiantes de Medicina Humana, el Colegio de Biólogos de Puno, entre otros. Todos señalan que Marco Antonio “ofreció su vida en cumplimiento de las funciones propias de la formación”.