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Sociedad

La otra cara de la lactancia: las experiencias y estigmas que enfrentan quienes no pueden concretarla

Se tiende a culpabilizar a las mujeres por no lograr ofrecer el pecho a su bebé sin conocer lo difícil que puede ser realizar este tipo de alimentación. Explora las historias de quienes no dieron de lactar y no dejaron de ser buenas madres.

Al igual que la maternidad, la lactancia debe ser una elección para las mujeres. Foto: composición de Jazmín Ceras/La República
Al igual que la maternidad, la lactancia debe ser una elección para las mujeres. Foto: composición de Jazmín Ceras/La República

La lactancia materna es una forma de alimentación a un recién nacido. Expertos señalan que hacerla durante los primeros meses del bebé es recomendable para un buen desarrollo físico y mental; sin embargo, concretarla no siempre es una tarea fácil.

Son muchas las mujeres que han sido culpabilizadas por no ser capaces de realizar esta tarea. Cecilia (54) afirma que no pudo amamantar como quiso a su bebé por la poca cantidad de leche que produjeron sus mamas. Al ser una mamá primeriza, el conectar su criatura a su pezón le resultó complicado.

“Ahora creo que no pude concretar mi lactancia por falta de apoyo. Antiguamente, no había información disponible como ahora. Uno seguía los consejos de los familiares mayores y ‘experimentados’”, cuenta la madre.

Mujeres que dieron y no leche materna a sus bebés cuentan sus vivencias sobre la lactancia. Foto: Unicef

Mujeres que dieron y no leche materna a sus bebés cuentan sus vivencias sobre la lactancia. Foto: Unicef

Incluso, creyó que era incapaz de hacerlo por el mito de que, si tienes pechos pequeños, eres incapaz de elaborar leche, cuando el Ministerio de la Salud ya ha asegurado que el tamaño de estos, no tiene relación con la capacidad de producirla, sino con la cantidad de la succión del infante.

Por otro lado, el camino hacia la lactancia también se puede ver afectado por situaciones de salud que sufre la madre en el momento del posparto. María (25) no pudo dar pecho a su recién nacida porque nunca produjo leche madura, solo calostro, que es líquido materno en su fase inicial.

“Le estuve dando calostro a mi hija, pero, al transcurrir los días, no tenía la presencia de leche. Esperaba a que salga mejor leche, intentaba que mi hija succionara para ayudarme, pero creo que, porque fui demasiado medicada al momento de dar a luz, no pude dar de lactar”, comenta la mamá de una niña de ahora 2 años.

A pesar de que estuvo insistiendo, no lo logró, por lo que la llevó a tener una depresión posparto. “Me sentí presionada por mi familia. Me intentaban dar de todo para dar de lactar, pero no podía. Fue presión porque veía a mi hija que lloraba, pero ya, desde la segunda semana, se empezó a alimentar con leche artificial”, agrega la joven.

Esther Vivas, autora del libro “Mamá desobediente”, señala que el posparto es un momento delicado para la progenitora porque, más allá de los cambios físicos y hormonales, también “pueden emerger una serie de emociones fruto de las dificultades por cumplir con los preceptos de la maternidad”, como el de la lactancia.

Pero el no cumplir con el estándar de la alimentación natural no es algo que solo les sucede a las primerizas. Isabel, una enfermera de 49 años, no pudo efectuarla con su tercera hija debido a que su esposo murió a los pocos días del nacimiento de ella.

“Como enfermera llevaba la visión de tener la lactancia materna siempre. Cuando nace mi última hija, mi esposo fallece. Esto me afectó mucho porque el tema psicológico tiene mucho que ver con la producción de leche”, dice Isabel.

EMBARAZO

EMBARAZO

Y, en efecto, estudios han demostrado que la depresión materna se asocia a una menor duración y/o frecuencia de lactancia materna exclusiva.

“Me sentí muy mal, como enfermera sé los beneficios. Pensé que no soy una buena madre, no estoy cumpliendo con mi bebé en darle la lactancia materna. Yo de por sí estaba en depresión y, con esto de no poder dar pecho, lo estuve mucho más”, agrega Isabel.

Ahora, con su pequeña ya crecida, esa culpabilidad ya pasó y ha optado por trabajar más con ella otros tipos de lazos que le hubiera gustado concretar en sus primeros días de nacida.

Finalmente, existen las progenitoras que no consideran la lactancia materna porque les genera incomodidad. Puede que tengas los pezones demasiado sensibles y no aguantan que el infante succione, ya que esto también origina heridas en la punta del seno.

Rafaela (40) no dio de lactar a su bebé por esta incomodidad, por lo que decidió extraerse la leche materna y dársela en biberón a su niño.

No soportaba el dolor y, como tenía mucha leche, siempre me sacaba lo suficiente para alimentarlo. Además, no quería generar una dependencia de él conmigo”, relata.

No hay malas madres

La especialista en nutrición de Inppares, Rosalía Bernabé, comenta que el éxito de la lactancia materna está relacionado con la forma en que llega el bebé a la vida de la madre. Si esta no tiene el conocimiento o apoyo, se le va a hacer difícil.

La licenciada Bernabé dijo que esta actividad puede no concretarse por distintas razones, como el trabajo, falta de apoyo por parte de la pareja o alguna enfermedad. Por lo que ella recomendó, a quienes quieran continuar con el proceso, buscar ayuda en centros de salud, ya que es posible retomar la lactancia durante los primeros meses del infante.

Se piensa que la lactancia materna es solo de la mamá y no es así. Tiene que tener el apoyo y, si no, tiene que acudir a los centros de salud (...)”, manifestó la nutricionista.

De la misma forma, Unicef pide apoyo y respeto para las progenitoras que elijan no amamantar o que no puedan hacerlo. “Ninguna madre y ningún padre tiene que ser demonizado por sus opciones de vida y alimentación de su hijo”, mencionó en un artículo Víctor Aguayo, responsable del programa de nutrición de la entidad internacional.