Exministro de Cultura, Luis del Castillo: En Machupicchu se quiere imponer el caos
Luis Jaime del Castillo Butters. Exministro de Cultura (2019) señala que la población, liderada por su alcalde quiere tomar control del sitio y que de ahora en adelante sean ellos los que decidan quien entra, cómo entra, cuánta gente entra, cuánto tiempo se queda.
La población de Machupicchu pide que las entradas se vendan en la zona. ¿Es viable?
Lo que ocurre es que la población liderada por su alcalde quiere tomar control del sitio. Que las entradas se vendan en el pueblo de Aguas Calientes originará que mucha gente sin boleto llegue al pueblo y, después de haber pagado tren, avión, evidentemente, se pondrá a exigir que le den un boleto para llegar a Machupicchu. Están tratando de doblegar al Estado y que de ahora en adelante sean ellos los que decidan quien entra, cómo entra, cuánta gente entra, cuánto tiempo se queda.
¿Por qué se cambió la forma de visitar Machupicchu?
En el 2014, se hizo un estudio, yo era viceministro, queríamos saber cuánta gente entraba a Machupicchu, no por día, por hora. Ahí nos dimos cuenta que el 95% de la gente entraba entre 7 a 11 de la mañana y desde esa hora no entraba nadie más. La gran mayoría quería entrar a la primera hora, se producía un cuello de botella y una aglomeración horripilante. El sitio estaba mal organizado. Por eso se hizo un sistema análogo al que existía en Alhambra De Granada en España donde la gente compra boletos por hora. Distribuye a la gente a lo largo del día. La gente de la localidad de Machupicchu no quiere ese sistema, quiere que la gente entre a la hora que le dé la gana.
Muchos sienten que Machupicchu ya no es de los peruanos
No es cierto, los cusqueños no pagan los domingos, los peruanos pagamos, decir que “no es cusqueño” es absurdo. El régimen de organización es para todos.
Otro argumento de la población es que antes de la pandemia se recibían 6.000 visitantes por día sin problemas
Sí, se llegó a ese número por el desorden. Por eso Unesco mandó una misión porque dijo: “eso está fuera de control” y habían miles de quejas de gente que decía que había aglomeración, era peligroso, la satisfacción había caído. En ese entonces también se pidió al pueblo que no haya edificios de diez pisos, de darse un terremoto o aluvión todo se caerá. No hay sitio en el mundo de la naturaleza de Machupicchu que tenga caos y desorden como el que se quiere imponer ahora.
El estudio de Comer permite 5.000 visitantes bajo condiciones, ¿qué falta para eso?
No se puede pedir 5.000 visitantes sin ningún tipo de control o gestión. Lo que hace falta es que se construya un centro que gestione a visitantes. El Mincul lo ha planteado, hay un proyecto, pero la población no quiere porque creen que va a competir contra ellos y será un centro comercial. El centro de visitantes no va a vender ni agua. Será un centro donde usted llega y le informan que no solo hay Llaqta, que hay otros sitios, caminos, entre otros.
¿Qué opina del papel de la directora de Cultura de Cusco?
En las últimas semanas hemos podido ver a directora al lado del alcalde de Mahcupichu, eso llama la atención. La directora está al lado de la persona que quiere traerse abajo el sistema de gestión de Machupicchu. Un sitio bien ordenado, bien gestionado genera satisfacción y más demanda. Un sitio caótico, ruidoso lo único que genera es que la gente ya no quiera ir.