Región Cusco tiene 16 conflictos sociales activos
Casos. Defensoria del Pueblo refiere que la mayoria de ellos están en el corredor minero y son por temas medioambientales.
Raúl Cabrera
Después de Loreto, la región del Cusco tiene la mayor cantidad de conflictos sociales activos que pueden reiniciarse en cualquier momento. La mayoría de ellos están en el corredor minero. Según la representante de la Oficina de la Defensoría del Pueblo en Cusco, Rosa Santa Cruz, la región es la segunda a nivel nacional con el número mayor de conflictos sociales que están activos. Es decir, que existe alta posibilidad de que puedan reactivarse. Se han contabilizado 16.
Santa Cruz precisó también que 10 de ellos se encuentran en el corredor minero de la provincia cusqueña de Chumbivilcas por donde transitan las unidades pesadas de la minera MMG Las Bambas procedentes de la región de Apurímac. Señalo que todos ellos son por temas medio ambientales.
Sobre el resto de conflictos, explicó que son por otras demandas, salvo uno en la provincia de Espinar que también es por la actividad minera.
La representante de la Defensoría señaló que otro de los conflictos activos que han advertido está en la provincia de La Convención, aunque refiere que no tiene nada que ver con la actividad minera. En dicha provincia hay varias demandas pendientes como el acceso al gas, construcción de la planta de fraccionamiento de Kepashiato, atención a la agricultura, cocaleros, entre otros.
Sin embargo, manifestó que todos los conflictos activos son atendidos por la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) a través de mesas de diálogo como en Chumbivilcas y en La Convención.
Asimismo, sugirió que estos conflictos activos el Gobierno tiene que verlos con sumo cuidado y atender de manera inmediata antes que estallen. “Vemos desde la Defensoría (del Pueblo) que se tiene que atender de manera inmediata (los conflictos sociales), no hay que perder de vista como en el caso del corredor minero y en La Convención”, refirió.
Sobre el tema, el analista político Fausto Salinas, refiere que los conflictos se incrementan debido a que hay una sobre expectativa de la población que vive cerca a la actividad minera. Estos han visto que la empresa tiene que resolverles sus problemas y carencias, cuando esa labor es del Gobierno.
Asimismo, advierte que otro componente es que Cusco es un escenario de diversas facciones de la izquierda. Estas buscan controlar a la población a través de las protestas y así saltar a los cargos públicos.
