Gracias, maestro
“Y la gratitud a don César Lévano por seguir dándonos lecciones de vida pese a que ya no está entre nosotros. Gracias, maestro”.
Por: Carlos Paucar
En la universidad en la que me formé había profesores muy buenos, buenos, regulares y de los otros. Siempre me refiero solo a los primeros.
Uno de ellos, a través de su familia, acaba de donar su amplísima biblioteca a esa comunidad y sentimiento llamada San Marcos, la cuatricentenaria casa de estudios.
El gesto enaltece al recordado y querido don César Lévano La Rosa.
Un aporte más. Otra entrega. Otro motivo para agradecer al catedrático que durante largos años se entregó al dictado de clases y a formar generaciones.
Incluso sin su presencia física sigue estando presente el hombre que iba y venía por el Patio de Letras para dar sus clases, sin tardanzas, sin faltar una sola vez, apoyando su humanidad en un bastón de madera que lo guiaba muy lentamente a un solo objetivo: la enseñanza del periodismo.
Quienes conocimos su biblioteca en su casa del Rímac, sabemos lo que esa donación significa. Libros de viejo, originales, primeras ediciones, revistas, recortes, tomos que serían la envidia del más enterado lector.
Lévano era un exquisito coleccionista de historia, literatura, filosofía, política, periodismo, un humanista. Y gustaba de leer en alemán, inglés, italiano y francés, los idiomas que aprendió de manera autodidacta.
Sabia decisión de la familia Lévano. Más de 6 mil libros y centenares de folletos del profesor sanmarquino donados a la Biblioteca Central de la UNMSM.
Mi profesor. Mi universidad. Un orgullo.
Y la gratitud a don César Lévano por seguir dándonos lecciones de vida pese a que ya no está entre nosotros. Gracias, maestro.