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Política

Evangélicos, militares y al final Boluarte: las movidas políticas de Fujimori

Cambio 90, su primer partido, tuvo el respaldo de evangelistas y microempresarios. Una vez en el poder, estableció una alianza de larga duración con las Fuerzas Armadas, que se convirtieron en su base institucional. Meses antes de morir se atribuyó la vocería de Fuerza Popular y defendió la continuidad del actual Gobierno. 

Alberto Fujimori
Alberto Fujimori

Alberto Fujimori a lo largo de su extensa vida política estableció una serie de alianzas y entendimientos con diversos sectores. Primero fue con los evangélicos. Peter F. Klarén en “Nación y sociedad en la historia del Perú” señala que para las elecciones de 1990 intentó conseguir un lugar en la lista de senadores de la Izquierda Socialista de Alfonso Barrantes y que al no tener éxito organizó un partido -Cambio 90- “conformado por profesionales independientes y pequeños empresarios, muchos de los cuales eran protestantes evangélicos”.

De acuerdo con Klarén, los evangelistas constituían un 40% de la nueva agrupación y aportaron sobre todo con sus “técnicas misioneras de proselitismo, casa por casa”. Luego serían apartados.

En paralelo, Fujimori estableció una alianza con los militares la cual incluía la adopción de un modelo económico neoliberal y autoritario para terminar con la guerra interna.

El hombre clave en esa relación sería Nicolás Hermoza Ríos, recordó en conversación con este diario el historiador y docente de la PUCP, Antonio Zapata.

De hecho, como apunta Klarén en su libro, “desde el mismo inicio de su régimen Fujimori había establecido un pacto crucial con las sumamente importantes Fuerzas Armadas, que se convertirían en la base institucional del nuevo Gobierno”.  Y así fue hasta la salida de Fujimori del poder y su huida del Perú producto de la crisis desencadenada por la difusión del primer vladivideo el 14 de setiembre de 2000.

Pero, claro, el fujimorismo no desapareció de la vida política nacional. Lo que lo impidió fue que había una heredera. En el 2006, Keiko Fujimori ingresó al Congreso por la coalición Alianza Para el Futuro.

“Es en ese periodo -entre el 2026 y el 2011- que se concreta el legado del padre a la hija.  Keiko Fujimori participó en tres campañas presidenciales, las perdió, pero siempre estuvo cerca de ganarlas. El fujimorismo ha persistido por Keiko. Si no, se hubiera desvanecido, como otros movimientos, tal como pasó con el odriísmo”, explicó Zapata.

La etapa de Fuerza Popular

El 2010 Keiko Fujimori fundó Fuerza Popular, el primer intento serio del fujimorismo por institucionalizarse a través de un partido político. Para entonces, Alberto Fujimori ya había sido sentenciado a 25 años por los casos de Barrios Altos y La Cantuta.

Se han escrito muchos informes periodísticos sobre la complicada relación entre Alberto y Keiko. El momento más evidente fue a propósito del indulto otorgado en diciembre de 2017 por el expresidente, Pedro Pablo Kuczynski. En un reciente libro de memorias titulado “Tarea incompleta”, este último sostiene estar “convencido de que la Señora K se había enterado de que yo iba a indultar a su padre” y que “fue esa decisión que sin duda constituía un desafío para su liderazgo la que la aceleró mi vacancia”.

Las cosas cambiaron para la campaña presidencial de 2021. Keiko Fujimori mostró un acercamiento hacia el patriarca, una estrategia electoral para movilizar, sobre todo, al fujimorismo de la vieja guardia.

 Cuando en diciembre de 2023 el Tribunal Constitucional restituyó el indulto y ordenó la excarcelación de Alberto Fujimori, se suponía que mantendría un perfil bajo. No ocurrió así. En febrero de 2024, consultado por el programa de Milagros Leiva sobre el pedido de que se adelanten las elecciones, respondió que ello “no se justifica” y que la presidenta Dina Boluarte continuará hasta el 2026. Resaltó además que Fuerza Popular y el fujimorismo “así lo han acordado”.  Que se atribuyera la vocería fujimorista y evidenciara un compromiso con la supervivencia del actual Gobierno disparó las especulaciones sobre un posible retorno activo a la arena política. En julio, Keiko Fujimori y dirigentes de Fuerza Popular aprovecharon el momento y empezaron a promover su candidatura presidencial a pesar de que no era viable ni desde un punto de vista legal y tampoco médico. El fujimorismo se quedó sin su más importante activo político. Boluarte sin un eventual defensor.