ROBERTO ALVARADO RUBIÑOS. Analista político y abogado.,Wilson Castro Trujillo ¿Logrará una eventual candidatura presidencial de Verónica Mendoza unir a los partidos y movimientos de izquierda? Sí, por algunas razones muy puntuales. En primer lugar porque Verónica Mendoza es una mujer preparada, consecuente y tiene algo que otros candidatos no tienen: carisma. En segunda lugar, porque obedece a una búsqueda de liderazgo de parte de la población. Pero entraría a un proceso electoral con mucha desventaja a diferencia de otros candidatos como Keiko Fujimori, PPK y Alan García. El 50 por ciento de la población no cree en los partidos tradicionales, según la encuestadora GFK. Los rechaza. Si eso es así, quiere decir que el 33% de Keiko Fujimori -que aparece en las encuesta- es en realidad 16.5%. De igual manera Pedro Pablo Kuczynski (PPK) no tendría 14% sino 7%, García no 10% sino 5% y Toledo tendría 2%. Lo que estamos viendo es un claro divisionismo en la izquierda y será en octubre cuando en elecciones internas se defina la candidatura del Frente Amplio. Quieren también postular Marco Arana y Luis Alberto Salgado. Es necesario precisar. La izquierda está en bloques: uno donde está el Frente Amplio, donde está Verónica Mendoza, que es el bloque mayoritario; en otro están los fonavistas (mediante Democracia Directa) y otro, Unete por la Democracia, donde están Salomón Lerner y Susana Villarán (Yehude Simon se abrió), donde los grupos son pequeños. La postulación de Verónica está recibiendo el respaldo de movimientos regionales. Sabemos que el MAS (Movimiento de Afirmación Social) ha emitido un pronunciamiento apoyando la unidad. Hay un sector político que ve con expectativa la postulación de Verónica Mendoza, pero evidentemente también hay un sesgo minoritario que desconfía. La izquierda tiene un programa de gobierno desde hace ochenta años. Otro punto es el sectarismo de la izquierda. Y Allí mi pregunta es ¿si solo van a convocar a grupos de izquierda o también van a llamar a sectores progresistas e independientes? Aquí los grupos progresistas e independientes, del cual usted me habla, son personajes, son individualidades, no son grupos organizados. Una de las encuestas de GFK le da 1% a Verónica Mendoza. ¿Usted cree que llegue a ser el outsider de estas elecciones que se vienen? Sin duda. Está saliendo de atrás. Verónica Mendoza abrió su portal (en redes sociales) y en cuatro días tuvo 18 mil seguidores. Esto demuestra que estamos ante una candidata que tiene capacidad de convocatoria y no tiene cuestionamientos por ningún lado. Creo que es una mujer franca y sincera y puede ser el outsider que el país espera. Pero ella formó parte del gobierno de Ollanta Humala (los dos primeros años) e incluso estuvo en la campaña electoral del 2011. ¿Qué garantiza que de ganar las elecciones no termine por girar a la derecha como lo hizo Humala, que al final nos terminó por decepcionar? Ollanta Humala nos defraudó, en eso coincido con usted. Ahora, hay que recordar que Verónica supo romper con este gobierno a raíz de los sucesos de Espinar. Además, ha demostrado liderazgo en el Congreso, lo cual lo diferencia ampliamente con Ollanta Humala. No es una mujer que ha entrado forzadamente a la política. ¿Pero qué garantiza que al final no termine con los grupos de poder como sucedió con Humala? Al final Ollanta Humala no ha sido quien ha gobernado sino su mujer (Nadine Heredia). La Primera Dama tuvo el atrevimiento de violentar incluso relaciones diplomáticas y participar en las reuniones de Consejo de Ministros como lo denunció Salomón Lerner. Ella ha marcado la pauta. Incluso desautorizó al premier César Villanueva. ANTIMINERO Usted tiene una posición radical en contra de la minería. Hasta lo califican como antiminero. Si se van a desarrollar proyectos mineros solamente en lugares donde no exista posibilidad de contaminación alguna, no se aniquile la agricultura, para nosotros es factible la minería. Pero usted ve que todos los proyectos –incluidos los emblemáticos como el de Conga en Cajamarca, aniquila lagunas, y el de Tía María quiere anular el valle del Tambo, que es el proveedor de alimentos en Arequipa. Esos son actos criminales. En todo caso deben cancelarse. El Perú no ha sido un país minero. Esa es una mentira. Históricamente el Perú es un país agrario. Los proyectos a tajo abierto son altamente contaminantes. El país está concesionado. Más del 75 por ciento del país está concesionado. Lo primero que tiene que tener es soberanía alimentaria. Y en esas concesiones no se ha respetado el agua. Hay empresas que tienen relaves sobre el pueblo y pese a ello tienen el visto bueno del Ministerio de Energía y Minas (MEM). Nosotros necesitamos cambiar esta economía extractiva y este mercado por un país que produzca lo que necesita, satisfaga necesidades y lo que pueda extraer sea en beneficio de la Nación.