El ministro de Relaciones Exteriores informó que se trata de un capitán de corbeta y un suboficial de la Armada de Chile. Mostró fotografías de los dos personajes identificados ante la Comisión Permanente del Congreso. Refirió que información filtrada por marinos peruanos era sobre defensa nacional. Pruebas,Patricia Hoyos y María Elena Castillo En el marco de las investigaciones sobre el espionaje de Chile a Perú, el canciller Gonzalo Gutiérrez informó al Congreso la identificación de dos miembros de la armada chilena implicados en el espionaje a nuestro país. En sesión reservada con los miembros de la Comisión Permanente, Gutiérrez mostró fotografías de estos dos personajes, uno de ellos capitán de corbeta y el otro suboficial de la Marina chilena. Ambos, según informó el canciller, fueron los nexos con los suboficiales de la Marina de Guerra del Perú Johnny Philco Borja y Alfredo Domínguez Raffo, además del técnico de tercera de la armada Alberto Gonzales Alejo. En su intervención, el ministro de Relaciones Exteriores refirió que según la documentación obtenida en las investigaciones se estableció que el espionaje comenzó en el año 2005, por lo que no se descarta la participación de otros miembros de la Armada chilena. Gutiérrez asistió al Parlamento acompañado del ministro de Defensa, Pedro Cateriano, y altos oficiales de la Marina de Guerra. La sesión se prolongó por casi cinco horas debido a las preguntas de los 25 legisladores que participaron en el cónclave. Entre estos estuvieron los miembros de las comisiones de Inteligencia, Defensa y de Relaciones Exteriores del Congreso. A su salida, Gutiérrez respondió con un rotundo "Sí", cuando los periodistas le preguntaron si se había identificado a dos miembros de la armada chilena. Se informó a chile De acuerdo con altas fuentes del Ejecutivo, el pasado viernes, es decir, dos días después de haberse hecho pública la denuncia de espionaje, se llevó a cabo una reunión de emergencia en Palacio de Gobierno, en la que participaron el presidente Ollanta Humala, el canciller Gutiérrez, el ministro Cateriano, y el comandante general de la Marina, almirante Edmundo Deville del Campo. En la cita se mostró al mandatario las evidencias del espionaje, así como la identidad de los oficiales chilenos. Es por eso, ese mismo día, que el Perú presentó una nota de protesta a Chile por los actos inamistosos de espionaje. A este documento se anexó una carta en la que comunica al gobierno chileno los nombres y grados de los oficiales chilenos que contactaron con el técnico Domínguez, quien laboraba en la Dirección de Inteligencia de la Marina (Dintemar), y Johnny Philco Borja, quien desempeñaba funciones en la Segunda Zona Naval, en la Base Naval del Callao. Reconocidos El primero en reconocer contactos con los oficiales chilenos fue Philco, quien luego intentó desdecirse. De acuerdo a su movimiento migratorio, el suboficial viajó seis veces a Chile, y cinco a Argentina, donde también mantuvo contactos con militares del vecino del sur. Por estos hechos fue confinado en la prisión de la Base Naval del Callao en agosto último. En octubre pasado, Domínguez corrió idéntica suerte, tras identificar al extranjero que lo había contactado. "Se le pone a la vista unas fotografías. ¿Usted reconoce a alguna de las personas que observa?", dice el acta. "La figura número tres podría corresponder al italiano Giancarlo (Campioli)", contestó. Este personaje sería el supuesto empresario italiano que lo reclutó y con quien se reunió hasta en cuatro oportunidades en Río de Janeiro y Sao Paulo, y quien le pidió información sobre el movimiento de los buques de la Marina de Guerra del Perú. Sin embargo, la División de Contrainteligencia habría establecido que Campioli en realidad sería un capitán de corbeta de la Marina de Chile. Debe recordarse que en el 2009 el suboficial de la Fuerza Aérea del Perú Víctor Ariza Mendoza confesó que sus contactos chilenos fueron los militares Daniel Márquez Torrealba y Víctor Vergara Rojas. El gobierno peruano entregó la información a Chile, pero la administración de la presidenta Michelle Bachelet respondió que esas personas no existían. Pero ahora la situación es distinta. De acuerdo con las fuentes, antes de que el caso saliera a la luz, los agentes de la División de Contrainteligencia de la Dintemar verificaron la identidad de los contactos de los acusados. Con esa certeza Perú reclamó en su carta de protesta a Chile información sobre los efectivos militares de ese país que pagaron a Domínguez y Philco a cambio de información secreta sobre la Seguridad Nacional de nuestro país. Se espera la respuesta de Chile. Chile obtuvo información clasificada La información filtrada por los miembros de la Marina de Guerra del Perú a la Armada de Chile fue documentación clasificada de Defensa Nacional, que incluye planes de inteligencia de dicha institución. Así lo informó el canciller Gonzalo Gutiérrez a la Comisión Permanente del Congreso. De esta manera, el ministro descartó lo dicho por el suboficial Alfredo Domínguez Raffo, quien afirmó que solo vendió reportes de la pesca en el Perú a unos empresarios italianos. Horas antes de asistir al Parlamento, el ministro de Relaciones Exteriores dijo que el gobierno peruano se encuentra a la espera de la solicitud de información que remitieron a Chile a través de la nota de protesta por el caso de espionaje militar. Además indicó que la voluntad de nuestro país es tener una relación de armonía con Chile. "No estamos escalando nada, simplemente hemos reflejado un hecho que ha ocurrido, un hecho que ha sido probado", declaró el canciller. ENFOQUE Roberto Chiabra Ex ministro de Defensa Chile debería reconocer espionaje Hay que esperar la respuesta de Chile, tal como lo ha señalado el canciller Gonzalo Gutiérrez, pero personalmente creo que el gobierno de Michelle Bachelet dirá que no existen los nombres de los militares chilenos que estarían implicados en el caso de espionaje. Lo más inteligente para la integración de nuestros países sería que Chile reconozca que existió espionaje y pida disculpas. ¿Esto afectaría la ejecución del fallo de La Haya? No lo creo. Lo que está pendiente es el envío de la Carta de Límites a la Organización de Naciones Unidas y pasa porque el Congreso peruano apruebe la modificación de algunas leyes. Lo más saludable para las relaciones es que Chile asuma que existe personal de las Fuerzas Armadas chilenas, fuera del control de su Presidencia y Cancillería, pero creo que la respuesta de ellos será negarlo, como pasó a fines del 2009 con el caso Víctor Ariza, un suboficial de la Fuerza Aérea que vendió información a Chile. Entonces el ex canciller Mariano Fernández, del primer gobierno de Bachelet, negó las acusaciones. Ahora harán lo mismo.