Carlos Meléndez, sociólogo de la Pucp y politólogo de la Universidad de Notre DameAnálisis 100 días después, El pasado viernes se cumplieron 100 días del gobierno de Ollanta Humala. Conversamos con Nelson Manrique y con Rodrigo Barrenecha y publicamos sus entrevistas en LaRepublica.pe el pasado sábado. Nuestro último entrevistado de este especial es Carlos Meléndez, politólogo, ex investigador del IEP , que analiza si las señales y reacciones de esta administración nos pueden ilusionar con un cambio en el equilibrio del Poder en nuestro país. José Miguel Silva @jomisilvamerino A grandes rasgos…¿cuál es tu balance sobre los 100 días de Humala como presidente? Me parece que se puso la valla muy alta. Y esto va más allá del Plan de Gobierno o de la hoja de ruta. El elector peruano promedio no está evaluando si efectivamente cumple estas dos cosas. Lo que le importa es cumplir “la gran transformación”. Esto comprende dos cosas: la inclusión social-política y la lucha contra la corrupción. Si bien es muy pronto para analizar esto, pues son 100 días, se encuentran aspectos positivos y negativos aquí. Sobre la inclusión social… Si uno ve aspectos positivos, bueno, para empezar el estilo. Es un estilo muy inclusivo. Es muy parco en Lima, pero muy canchero o entrador cuando va a las regiones. Otro tema es la creación del Ministerio de Desarrollo y el nombramiento de una técnica con cualidades a resaltar. Sin embargo, vamos a ver recién si es que el simbolismo del estilo de Humala, y el tecnicismo de los profesionales que entran a esta entidad, es suficiente para toda la expectativa creada alrededor del tema. Y sobre la lucha anticorrupción… Más allá de la voluntad política, de las declaraciones de Humala y Lerner, o de los twits de Nadine Heredia, veo un gran déficit. A Humala no hay que pedirle que cambie la sociedad peruana, que los choferes de los congresistas no manejen por las veredas. A él se le debe pedir dos cosas claras: que no tenga otorongos y que no tenga en el ejecutivo a políticos que se aprovechan de sus cargos para beneficiar a intereses particulares. Ese aspecto de la gran transformación está “en debe” (pendiente). No solamente por el caso de los congresistas o Chehade o Espinoza, sino porque no tiene partido político, y la gran transformación que se requiere es que tenga un partido, articulado, organizado y sólido. El requisito para una gran transformación política es que marque la diferencia con su propia organización política. Pero muchos eran conscientes que Gana Perú no estaba preparado para hacer esa gran transformación que tú dices. ¿Las sorpresas quizás se podían esperar no? Mira lo que dijo Abugattás, que no tienen excusa. Gana Perú no es nuevo. Han estado cinco años en el Congreso. No son nuevos, antes tenían esa excusa. Debieron marcar la diferencia seleccionando la gente al interior de su partido, y han demostrado ser uno más. ¿Cuál es la diferencia que marca el Partido Nacionalista como organización política con partidos como Unidad Nacional o Solidaridad Nacional? Ninguna. Ellos prometieron una gran diferencia en ese sentido. ¿Tiene Humala una estrategia de cubrirse en las declaraciones? Los cuestionamientos han llegados a sus dos vicepresidentes…¿hasta cuándo servirá este estilo? ¿Qué sería más alto que una vicepresidencia? Humala tiene un estilo particular, no sé si él quiere ser moderado o parco, o si finalmente porque no sabe hacer política. Fíjate cuando está en Lima. Allí es más parco que cuando va al interior del país. En Locumba se suelta rollos y en Ica salta del estrado, porque en provincias se hace menos política. Cuando habla en Lima no está solo ante la prensa de la capital y frente la oposición sino también hacia la prensa internacional. Te repito, no sé si no habla mucho acá es por decisión propia, o si es porque asume sus limitaciones. ¿Puede un presidente gobernar teniendo esta estrategia o manejo que tú mencionas hacia la capital, Lima? Lo mejor que tiene este gobierno es lo horizontal que se maneja hacia el interior del país. Simbólicamente es lo mejor. Comparado con nuestro presidente anterior, que casi no salía de la capital. Este presidente muestra un acercamiento. Es muy importante mostrar la cara presidencial en el interior del país. Sacar la cara en política en el Perú, es sacarla hacia el interior y no solo hacia fuera. Pero también hay que ser conscientes que debes tener una buena relación hacia los grupos de interés, porque algunos son muy fuertes. Los medios de comunicación son uno, y los empresarios, otro. Creo que hasta ahora le está relegando mucho esta responsabilidad a Salomón Lerner Ghitis. Humala también debe ser horizontal con los poderosos del país, con los empresarios, por ejemplo. ¿Tú crees que hasta ahora no lo ha sido? Yo creo que ahí se ve su debilidad para negociar, para ceder ante ciertas presiones. Estas renuncias de los viceministros de Cultura. Es raro que en tres meses que dos viceministros de este sector, que son claves para el tema de las inversiones, caigan como pasó. Creo que en esa cancha, Humala no ha logrado tener una estabilidad hacia su favor. ¿Estos cuestionamientos que tuvo Ricardo Soberón o García Naranjo, fueron más que todo un tema mediático en contra de Humala, o los consideras “justos”? Si te das cuenta, García Naranjo y Roncagliolo son los dos ministros más “políticos” del gabinete. Tienen mucha más experiencia política y por ende son los flancos más comunes de la oposición, es decir, Humala tiene pocos ministros “políticos”, pero éstos son el pararrayos de la oposición, pues no tienen cómo atacar a los “técnicos”. ¿Por qué dices eso? La derecha en este país ha estado acostumbrada a gobernar a través de tecnocracias y consultorías. Lo que la derecha no quiere es gente que tenga experiencia política de izquierda, y ellos dos la tienen de hace muchos años. Justas o no, las críticas han sido “políticas”. Lo que se debe ver es qué tan políticas son las críticas. Sin duda que la oposición ha encontrado en estos ministerios, la parte más débil de la madeja del nacionalismo. Caso Chehade En el caso Chehade, que ahora usa mucho la oposición. Es cierto que, digamos, aquí nadie obligó al vicepresidente a llamar a dos generales para hablar de Andahuasi ¿no? ¿Es como si los problemas del gobierno parecen, en este caso, estar siendo “auto generados”? Chehade es una persona sin experiencia política. Tiene experiencia como profesional pero es nuevo en política y al ser nuevo no sabe los límites de sus funciones, de sus responsabilidades y cuándo eso se convierte en un delito. Esto ha pasado porque la prensa se ha fijado en ellos. Esto podría pasar como ha pasado en anteriores gobiernos. La gente comete errores y a veces delitos. No sabemos cuál de los dos es, pero sí se ve que ha pecado de una inexperiencia muy grande. Me hace recordar a Toledo diciendo “no pensé que gobernar era tan fácil”. ¿Chehade pudo haber dicho esa frase? Tal vez pudo haberlo dicho. Humala no, pero muchos de sus cuadros quizás llegaron al gobierno con una actitud “toledista” de “yo sé lo que se debe hacer acá”. Son como los nuevos ricos políticos, no de dinero, sino de capital político. Como si el poder le hubiera llegado así de la nada… ¿Tú crees que hace un año Chehade creía que iba a ser vicepresidente? Y hace poquito nomás ha dicho que le gustaría ser presidente. ¿Qué pasa cuando una persona como él, entra en política lanzando serios discursos contra la corrupción, y ahora termina del otro lado, respondiendo y defendiéndose de una presunta corrupción? En política las palabras no se las lleva el viento, sino que regresan como un búmerang en contra de quiénes las dijeron. Lo que sucede es que la izquierda tuvo la oportunidad de poder atacar a la derecha desde diferentes posiciones, pero lo que nunca se imaginaron es que esa misma vara desde la que medían, la iban a usar ahora en su contra. Obviamente no sabían cómo era gobernar. Estar en la rutina te genera cierto discurso, que una vez que pasas al oficialismo debes adaptarte a las mismas reglas que tú estableciste. Levantaron banderas y ahora deben responder de acuerdo a ellas. ¿En política no hay muertos, pero Humala ya perdió a Chehade como alfil no? En nuestro país es muy complicado resarcirse del desprestigio que te puede dar una acusación de corrupción. Imposible no es, pero debes tener mucha habilidad, sino miremos el caso e Alan García y el APRA, que volvieron al poder. Yo no sé si Chehade va a estar a la altura para poder reinventarse como un político. ¿Qué otra cosa te parece que está pendiente? Algo que no ha cambiado para nada es el alto nivel de personalismo. ¿A qué te refieres? Otra gran transformación que necesita el país es la de las instituciones. Se requiere más instituciones que personas. La última encuesta del Poder pone a la primera dama en tercer lugar te habla del alto nivel de personalismo que tiene este gobierno. No es posible que para que nombren a una persona, deba haber el visto bueno de su esposa. Es el presidente quién debe tomar las decisiones junto a sus asesores. ¿Cuántas decisiones pasan por la primera dama? Ojo, mucho cuidado con el personalismo en la política. Alan García pecó con eso, y Humala no se está diferenciando mucho, no tanto porque sea ególatra o porque habla a cada rato, sino que al momento de tomar decisiones, estas pueden no ser consultadas o ser parte de un proyecto, sino que quizás circulan únicamente entre él y su esposa. Se dieron varios nombramientos que luego fueron anulados. El caso de Maurate en la Dicscamec, o del primer jefe de Indeci que fue cambiado al muy poco tiempo de ser designado. ¿Qué indica estas reacciones? Una cosa es la voluntad y otra es la capacidad. Este gobierno tiene la voluntad de hacer las cosas bien, lo que dudo es de la capacidad que tiene para hacerlas. No dudo de su buena voluntad, pero no sé si tengan la capacidad para poder desactivar problemas que puedan llegar a grandes escalas. Muchos hablan de una luna de miel porque hay un 60% de la población a favor del gobierno. Yo no sé qué tan cierto sea esto, teniendo en cuenta la gran cantidad de conflictos sociales en el país. No son conflictos contra Humala sino más bien contra la política del país. Tanta gente movilizándose en Cajamarca no es una luna de miel. El caso de la minera Conga, con los cuatro mil millones de dólares de inversión versus una gran población anti minera puede terminarse convirtiendo en una prueba de cómo este gobierno se maneja frente a las inversiones Creo que Conga puede ser una evidencia de si estamos frente a la “transformación” que ofrecía Humala en campaña. Este es un caso típico de conflicto social que le estalló a Toledo y a García, donde el Estado debía tener una presencia por encima de los requerimientos de la ciudadanía pero también por encima de los intereses empresariales. Ahora recién empiezan los desafíos para este gobierno. Yo creo que vamos a ver si Humala es capaz de hacer una gran transformación o va a seguir gobernando en piloto automático, como se ha venido haciendo hasta ahora. En cuanto a las grandes propuestas de gobierno. Tú hablas de un piloto automático. ¿Qué podría venir en el futuro? Efectivamente, creo que venimos en piloto automático, pero yo creo que Humala sí ha agarrado el volante. Puedes estar en piloto automático y desentenderte del país, pero creo que con Humala no pasa eso. Se notó que tenía el timón cuando pasó lo de la consulta previa, o lo de la negociación del gravamen minero. Ahí cogió muy bien el timón, pero luego, nos dimos cuenta que está en una etapa de aprendizaje. Lo que se viene en el país es básicamente un presidente que va a tener que aprender a sobrevivir entre las presiones de los grupos de poder y de los sectores sociales. Los presidentes anteriores decidieron que las presiones de los grupos de poder eran mucho más fuertes, y ahora Humala ha prometido inclinarse hacia el otro lado, lo cual es inédito. Cambiar el equilibrio de poder fue su promesa. No sé si alguien sin partido, sin experiencia política, con una bancada frágil, alguien sin una burocracia especializada o técnicos, puede o no hacerlo. Hildebrandt calificó a Humala “un buen administrador del país”. En todo caso si vamos ahora en piloto automático, cuando le exploten los problemas se verá en aprietos, pues no tiene muchos que lo puedan defender. ¿Si no se defiende mucho Humala…qué necesitaría? Primero fortalecer una organización política propia, y dos, tener políticas sociales claras y de una vez. Operadores y dirigentes políticos a nivel nacional. Tiene muy pocas balas. A Lerner, a Abugattás y un par más. No hay cuadros a nivel nacional y menos a nivel local, y así no se puede hacer una gran transformación. Por otro lado, las políticas sociales de los últimos 10 años han sido muy limitadas. Se necesita redistribuir de manera directa hacia la gente. Estos programas de transferencia directa que hay en países como Bolivia, Brasil, Argentina o Guatemala, es una necesidad para ver un cambio en las políticas sociales. Humala maneja el avión pero no sé si tenga copiloto o tripulantes que puedan soportar todo el vuelo.