Política

¡Keiko libertad!

“Es muy probable una derrota de Fuerza Popular el 2020 o el 2021, pero si ocurre estando Keiko en prisión, su proyecto perdurará...”.

TAFUR
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Ojalá la lideresa de Fuerza Popular pueda ser candidata en libertad, sea en el 2020 o en el 2021. Afecta a nuestra siempre precaria democracia que la representante política de un bolsón importante de la ciudadanía esté cumpliendo una injusta prisión preventiva que menoscaba sus derechos electorales.

No hay delito en aquello por lo que se procesa a Keiko Fujimori. Recibir aportes informales en campaña no es una conducta tipificada en el Código Penal. Sin duda, Keiko Fujimori y la cúpula de Fuerza Popular han hecho todo lo posible para entorpecer a la justicia, pero dicha acción se convierte en condición requerida para una carcelería preventiva solo cuando se está ante un delito presunto, que no es el caso.

Si a cualquier persona, un fiscal y un juez excesivos la acusan de haber cometido un hecho delictivo inexistente, no es admisible que se disponga prisión porque dicha persona haya tratado de evadir la acción penal. Al contrario, es hasta esperable dicha conducta procesal.

Las consecuencias políticas de semejante despropósito son aún más negativas. De mantenerse su carcelería y realizarse las elecciones el 2020, como espera el gobierno, Keiko Fujimori solo podrá ser candidata desde la cárcel, con evidente afectación de sus posibilidades. Ya cometimos un grave error al llevar a cabo elecciones hace tres años con dos candidatos excluidos por malas artes de los organismos electorales (quizás allí empezó el vicio de legitimidad política del gobierno de PPK).

Le haría mucho bien al país que la derecha conservadora, autoritaria y mercantilista en la que Keiko ha convertido la herencia fujimorista sea derrotada como opción política y electoral en el Perú. El keikismo no tapona a la izquierda, sino más bien el eventual surgimiento de una derecha liberal. En esa medida adicional, sería saludable que pierda el protagonismo que hoy tiene. Y la mejor manera, la única correcta, de lograr su exclusión política definitiva es mediante un nuevo fracaso electoral, y sin atenuantes.

Tal vez lo único bueno de que Fuerza Popular haya obtenido 73 congresistas es que haya facilitado el afloramiento del verdadero rostro político del keikismo y que felizmente solo hayamos tenido que imaginar cuál hubiese sido su alcance si además del poder parlamentario se hubiera hecho del Ejecutivo.

Hoy por hoy, Fuerza Popular representa un peligro para la democracia peruana. Nos equivocamos quienes pensamos que podía representar una evolución hacia fórmulas democráticas y liberales. El llamado “giro de Harvard” fue mera estrategia electoral, de poca monta y menor duración.

Así, el futuro traspiés lo ha cimentado la propia cúpula keikista. Su perfil ultra la aleja de cualquier posibilidad de una performance triunfal en las urnas (Keiko no parece haber entendido que la alta votación del 2016 fue resultado de su calculada distancia del autoritarismo de los 90, no al revés).

Por lo dicho, es muy probable una derrota de Fuerza Popular el 2020 o el 2021, pero si ocurre estando Keiko en prisión, su proyecto perdurará y tendremos a una derecha retardataria y limítrofe con los parámetros de la democracia gozando de salud política y marcando con su sello los próximos lustros.

La del estribo: hay que darse una vuelta por las salas de Microteatro. La actual temporada se intitula Por la democracia, y recluta a un buen número de flamantes dramaturgos. Recomiendo las de Rosa María Palacios, Fernando Vivas, Clara Elvira Ospina, Augusto Álvarez Rodrich y Renato Cisneros. Y hay muchas más. Una gran iniciativa de Idea Internacional. Va una semana más, hasta el 22 de setiembre.